Alcaldía de Armenia presentó el centro especializado de habitanza en Calle, un programa que busca la resocialización de las cerca de 800 personas que se encuentran en esta ciudad en esa condición.
El mandatario, José Manuel Ríos Morales, se refirió a esta propuesta y recordó la iniciativa de no dar limosna.
Dio a conocer todas las iniciativas y acciones que, con una inversión de más de $870 millones, se lideran desde su administración, y que apuntan a mejorar la situación de estas personas, tales como el Centro Integral de Habitante de Calle, Los Equipos Cuyabros y la Semana por el Habitante de Calle.
“Este programa es un modelo integral que necesitaba la ciudad. Mediante un convenio, daremos una atención muy completa a los habitantes de calle; también, habrá un grupo de la Administración en la calle, haciendo trabajo de resocialización. Con todo esto, queremos darle una atención permanente a esta población. También, hacerle un llamado a todos los cuyabros para que no den limosna, más bien, lleven su dinero y donaciones a las fundaciones y organizaciones de la ciudad”, expresó Ríos Morales.
Puntualizó que sí es posible la resocialización y destacó dos casos exitosos, de muchos con los que cuentan.
Centro de atención
A través de un convenio con Gestión Profesional Efectiva, la Administración Municipal dio apertura al Centro Integral de Atención que tiene como objetivo ofrecer una nueva oportunidad de vida a aproximadamente 100 personas en situación de calle.
Las personas que accedan a entrar en su proceso de superación tendrán acompañamiento profesional en atención inicial, atención especializada y, por último, buscar su incorporación laboral o el encuentro con sus familiares.
Aclaró que el proceso de selección fue abierto pero se debían cumplir unos requisitos que quizás no tienen las fundaciones que actualmente trabajan con esta población.
Alejandra Martínez, coordinadora del centro expuso cómo ganaron la operación y el objetivo del mismo.
“Fue un proceso de selección abreviada de mínima cuantía, vamos a ser los operadores hasta el mes de diciembre. Haciendo todo lo que se requiere hasta cumplir las tres fases, con el objetivo y el amor, queriendo que todas las personas que entren al hogar se resocialicen”, acotó Martínez.
Agregó que cuentan con un equipo de trabajadores sociales, psicólogos, enfermería y reeducadores, que son personas que alguna vez fueron habitantes de calle y hoy orientan el manejo con estas personas.
De la calle al taxi
Fabián Alberto Alzate es un claro ejemplo de que la resocialización es posible y después de haber consumido bazuco durante 6 años hoy se encuentra en el proceso, es un hombre nuevo y taxista de la ciudad.
Es oriundo de Belén de Umbría, Risaralda, pero cayó al Cartucho de Bogotá cuando estaba sumergido en el consumo.
Su adicción se dio cuando tenía 22 años, como muchos, motivado por la curiosidad.
“Manejaba taxi en Bogotá, y empecé a transportar una muchacha que consumía drogas, ella siempre me llamaba a mí para movilizarla, hasta que nos enamoramos. Empecé a convivir con su consumo y me entró la curiosidad, le decía que me diera a probar y ella decía que no. Una vez, sin que me viera, probé”, relató Fabián.
Agregó que de inmediato quedó prendado del vicio y en poco tiempo ya estaba en el Bronx y durmiendo en la calle.
“Cuando estaba durmiendo en el andén sin cobija, siendo golpeado por los jíbaros, teniendo la ansiedad de robar, ahí toqué fondo. Pero por más hondo que se llegue, es difícil salir, uno no reacciona”.
Contó que llegó a robarle a su hermano, pero decidió alejarse para no hacer daño a su familia.
En la ruta a Cenexpo
Aunque estuvo en procesos de resocialización en Bogotá, volvía a recaer, se encontraba muy sumergido.
Siguió en las calles y “trabajaba” para la línea de ‘El Mosco’, un proxeneta.
“Un día quise ayudar a una niña de 12 años a la que ofrecían sus servicios sexuales, la saqué y de ahí me tocó volarme”, expuso el taxista.
Luego de ello llegó a Ibagué y seguidamente a Armenia, en donde por cosas del destino, estaba la ciudad en cuarentena y se iniciaban los embarques a Cenexpo para los habitantes en condición de calle.
“Yo dije, me voy para ese programa. Ahí durante cuatro meses estuve en desintoxicación en la clínica El Prado y con todo el apoyo de la administración. Pude coger otro rumbo. Hoy por hoy, veo que se puede salir de las drogas, del consumo de heroína, bazuco, cualquier tipo de alucinógeno, siempre y cuando uno ponga un poquito de ganas”, indicó.
“Después de llegar a Cenexpo y ver 700 ejemplos, tantos ejemplos, me dije, yo no quiere volver a esto. Que tuve recaídas, pero eran cortas”, anotó Fabián.
Concluyó que actualmente entrelazó el vínculo con su familia tan fuerte que no se volverá romper. “Porque ellos me vieron en las calles, rebuscando en la basura. Durmiendo en los andenes”.