En Alaska, las autoridades sanitarias han estado monitoreando un virus peculiar conocido como la viruela de Alaska durante los últimos nueve años. Recientemente, la muerte de un hombre en otra parte del estado debido a este virus ha vuelto a poner de manifiesto la importancia de este patógeno.
El virus responsable de la viruela de Alaska pertenece a la familia de los orthopoxvirus, que pueden infectar tanto a humanos como a animales, causando lesiones cutáneas. Aunque la viruela común es la más conocida de esta familia, existen otras variantes como la viruela del camello, la viruela bovina y la viruela equina, así como la mpox, anteriormente conocida como viruela símica.
La viruela de Alaska fue identificada por primera vez en 2015 en una mujer residente cerca de Fairbanks. Se ha observado principalmente en mamíferos pequeños como ratones de campo y musarañas, aunque también puede afectar a mascotas como perros y gatos.
A lo largo de los últimos nueve años, siete personas han sido infectadas con este virus en Alaska. Los síntomas suelen ser leves e incluyen protuberancias en la piel, dolor muscular o articular e inflamación de los ganglios linfáticos. Sin embargo, las personas con un sistema inmunitario debilitado pueden correr un mayor riesgo de desarrollar una enfermedad más grave.
Aunque no se ha documentado la transmisión de persona a persona, se cree que el virus se propaga a través del contacto con animales infectados. Por lo tanto, las autoridades sanitarias recomiendan cubrir las lesiones cutáneas y lavarse las manos después de estar al aire libre para prevenir la infección.
El caso más reciente de muerte asociada con la viruela de Alaska involucró a un anciano con cáncer que vivía en la península de Kenai. El hombre había sufrido un rasguño de un gato mientras cazaba animales pequeños en un área boscosa y remota. A pesar de recibir tratamiento médico, falleció el mes pasado debido a complicaciones relacionadas con el virus.
Aunque la viruela de Alaska es una enfermedad rara que generalmente causa síntomas leves, las autoridades advierten sobre el riesgo de infección a través de animales salvajes. Se recomienda mantener distancia y lavarse las manos después de estar al aire libre, además de evitar mantener animales salvajes como mascotas para proteger tanto a las mascotas como a la familia.