En un acto rápido y contundente, el exmandatario Álvaro Uribe arremetió contra el proceso judicial que lo ha llevado a enfrentar un llamado a juicio por soborno a testigos y fraude procesal. En una transmisión en sus redes sociales, Uribe se defendió vehementemente, asegurando que el proceso está plagado de irregularidades y está influenciado por sus adversarios políticos.
Uribe sostiene que no hay pruebas contundentes que lo vinculen con el supuesto soborno a testigos y que, en cambio, ha sido víctima de una serie de maniobras de parte de la Corte Suprema de Justicia. Según él, desde el inicio del proceso, los magistrados actuaron de manera parcializada y con motivaciones políticas.
El exmandatario señala específicamente a los magistrados José Luis Barceló, Luis Antonio Hernández y Fernando Castro Caballero, acusándolos de negarle el debido proceso y de difundir información sesgada en medios de comunicación. Afirma que estos magistrados, especialmente Barceló y Hernández, han llevado a cabo una campaña pública en su contra, violando así los principios éticos de la justicia.
En cuanto al testimonio clave de Juan Guillermo Monsalve, quien alega haber sido presionado por el abogado defensor de Uribe para testificar a su favor, Uribe lo desacredita como un testigo poco confiable. Señala la cercana relación entre Monsalve y el senador Iván Cepeda, sugiriendo que esta amistad pudo haber influido en el testimonio en su contra.
Uribe reitera que su único interés era buscar la verdad y cuestiona si debió o no haber presentado pruebas que, según él, demuestran un complot en su contra. En su declaración, muestra una posición de firmeza y desafío frente a las acusaciones en su contra, negando rotundamente cualquier participación en los delitos que se le imputan.