Las detenciones masivas y la militarización de las calles incrementan la tensión en Venezuela. En las últimas horas, organizaciones de derechos humanos y sectores opositores han reportado el arresto de figuras clave como el excandidato presidencial Enrique Márquez, la desaparición del activista Carlos Correa y el secuestro del yerno de Edmundo González Urrutia, un líder opositor.
El panorama es alarmante: según el partido Voluntad Popular, al menos 19 personas han sido capturadas recientemente, mientras que ONG y partidos políticos estiman que cerca de 1.850 detenciones han tenido lugar desde las controversiales elecciones de julio. A estas cifras se suman denuncias de abusos en puntos de control instalados por autoridades, donde ciudadanos reportan revisiones sin protocolos y extorsiones vinculadas a contenidos críticos al gobierno de Maduro.
Por otro lado, el oficialismo refuerza su discurso contra lo que llama “planes de agresión” extranjeros. Diosdado Cabello, ministro de Interior, Justicia y Paz, aseguró haber desmantelado una organización criminal integrada por mercenarios estadounidenses, colombianos y venezolanos. Además, destacó la preparación de las fuerzas revolucionarias para enfrentar cualquier intento de desestabilización.

