La compra de aviones de combate Saab 39 Gripen a Suecia fue el anuncio realizado por el Gobierno de Gustavo Petro. El presidente, a través de la red social X, destacó que se trata de una flota nueva con tecnología de punta, ya implementada en Brasil.
La adquisición, posterior a la firma de una carta de intención con Suecia y la aprobación de la estrategia de defensa aérea colombiana, incluirá una compensación social: una fábrica de paneles solares en Córdoba, proyectos de agua potable en La Guajira, y la modernización del hospital San Juan de Dios en Bogotá.
La decisión sigue a meses de rumores sobre negociaciones con Suecia, a pesar de que algunos militares inicialmente favorecían los aviones Dassault Rafale de Francia.
El Saab 39 Gripen, un caza ligero monomotor, se presenta como una opción costo-efectiva con baja huella logística y capacidades avanzadas de guerra electrónica.
La compra busca reemplazar la envejecida flota de aviones Kfir de Israel, cuyo mantenimiento se ha vuelto cada vez más costoso y complejo, a pesar de la actual, aunque tensa, relación de mantenimiento con Israel, que contrasta con el reciente rompimiento de relaciones diplomáticas entre Colombia e Israel por el conflicto en Gaza.