La empresa encargada de la recolección de basuras en siete municipios del departamento acumula denuncias por servicio deficiente, embargos y problemas administrativos que amenazan con generar una crisis sanitaria
La empresa Nepsa del Quindío atraviesa desde hace más de un año una severa crisis operativa y financiera que ha afectado gravemente el servicio de recolección de residuos en siete municipios del departamento, generando preocupación entre autoridades locales y ciudadanía por el riesgo de una emergencia sanitaria.
Desde octubre de 2024, los problemas comenzaron a hacerse evidentes en municipios como Quimbaya, donde los basureros a cielo abierto pasaron a formar parte del paisaje cotidiano debido a un plan operativo calificado como “tortuga” por los habitantes. Las quejas se multiplicaron cuando se conoció que la empresa operaba con un solo vehículo para atender todo el municipio, mientras el gerente aseguraba contar con más unidades disponibles.
La situación se agravó en Circasia, donde el alcalde Julián Andrés Peña confirmó públicamente los incumplimientos, mientras Nepsa reconocía problemas administrativos con proveedores y trabajadores. Para diciembre de 2024, la empresa operaba únicamente con dos camiones recolectores para atender los siete municipios bajo su responsabilidad, lo que llevó a la Personería a exigir la intervención de la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios (SSPD).
Luis Fernando Echeverry, gerente de Nepsa, admitió en ese momento los problemas administrativos y operativos, atribuyéndolos principalmente a la falta de mantenimiento de los vehículos recolectores. En diciembre de 2024, siete personeros municipales solicitaron formalmente la intervención de la SSPD ante la difícil situación económica y operativa de la empresa.
La crisis no solo afectó a los ciudadanos comunes. En enero de 2025, Acodrés, el gremio gastronómico del departamento, emitió un comunicado manifestando su inconformidad por las constantes interrupciones y la acumulación de residuos, señalando la limitada capacidad operativa de Nepsa como un problema que impactaba directamente al sector turístico.
La mala planificación de la empresa durante la temporada turística de inicio de año generó que varios municipios quedaran llenos de basura en momentos de alta afluencia de visitantes, deteriorando la imagen del destino turístico.
En abril de 2025, la situación alcanzó un punto crítico cuando se conoció que Nepsa enfrentaba embargos por falta de pago a Urbaser, empresa encargada de la disposición final de residuos. Las deudas acumuladas encendieron las alertas sobre una posible crisis sanitaria en los municipios afectados. A pesar de que el gerente indicó en marzo que operaban con seis vehículos, los problemas mecánicos continuaron siendo recurrentes. Para abril, alcaldes de Génova y Salento exigían explicaciones por los constantes incumplimientos y las fallas en los camiones encargados de la recolección.
El primero de mayo de 2025, Nepsa tomó la decisión de suspender indefinidamente el servicio de recolección los lunes en Salento y los domingos en Circasia. La empresa argumentó que ambos municipios no habían actualizado sus Planes de Gestión Integral de Residuos Sólidos (PGIRS), requisito que consideraba indispensable para formalizar rutas que funcionaban como piloto para zonas comerciales.
Hasta octubre de 2025, las denuncias ciudadanas continúan. Los reportes más recientes hablan de retrasos de hasta 15 días en la recolección de residuos en algunos sectores, preocupación por las condiciones laborales de los operarios, y quejas sobre el estado de los vehículos que prestan el servicio.
La crisis de Nepsa evidencia problemas estructurales que van más allá de lo operativo: debilidades administrativas, falta de planificación, insuficiencia de recursos y una gestión que, hasta el momento, no ha logrado garantizar la continuidad de un servicio público esencial para miles de quindianos.
Las autoridades departamentales y la SSPD enfrentan ahora el desafío de encontrar soluciones que garanticen la prestación adecuada del servicio de aseo en los municipios afectados, mientras Nepsa lucha por superar una crisis que parece no tener fin.

