Durante 2024, los cultivos de hoja de coca en Colombia habrían alcanzado aproximadamente 262.000 hectáreas, una cifra que representa un crecimiento de cerca del 3 % respecto al año inmediatamente anterior, cuando se calcularon unas 253.000 hectáreas, según el presidente Petro.
El mandatario señaló que de esas 262.000 hectáreas, unas 80.000 estarían “abandonadas” desde hace más de tres años y además estimó que cerca de 22.000 hectáreas se encuentran en un proceso de transición hacia cultivos lícitos.
Por otra parte, el mandatario enfatizó que se están revisando los métodos de cálculo para evitar errores como los que, según él, se habrían cometido en 2023, cuando se incluyeron mapificaciones y productividades sin distinguir zonas activas de siembras marginadas o en abandono.
El anuncio llega en un momento de tensión diplomática con los Estados Unidos, que vigila de cerca los reportes de cultivos ilícitos en el país. En 2023, por ejemplo, la estimación de producción potencial de cocaína superó las 2.660 toneladas, la cifra más alta registrada hasta ese momento.
Expertos en narcotráfico han cuestionado la interpretación del presidente. Por ejemplo, han señalado que la estimación de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) no incluye hectáreas de cultivos abandonados en sus cálculos, lo que pone en duda que las 80.000 hectáreas mencionadas por Petro puedan restarse del total.
En cuanto a la erradicación forzada, los números son bajos: en 2024 se destruyeron unas 9.403 hectáreas, y entre enero y septiembre de 2025 se contaban alrededor de 5.687 hectáreas. Estas cifras contrastan con los niveles más altos alcanzados en años anteriores.
