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Alocución del Presidente Iván Duque Márquez, donde se toman nuevas medidas para contrarrestar los efectos del Coronavirus

Bogotá, 20 de marzo de 2020.

Colombianos,

Esta noche nos acompañan el dr. Carlos Álvarez, destacado profesor de la Universidad Nacional de Colombia y destacado epidemiólogo e infectólogo. Nos acompaña la dra. Yolanda Vallejo, de la Asociación Colombiana de Facultades de Enfermería (Acofaen); la dra. María Fernanda Atuesta, Presidente de la Federación Odontológica Colombiana; el dr. Gustavo Quintero, Presidente de la Asociación Colombiana de Facultades de Medicina; el dr. César Burgos, Presidente de la Asociación Colombiana de Sociedades Científicas; el dr. Carlos Jurado, Director de la Cámara de Salud de la ANDI; el dr. German Esguerra, Presidente de la Academia Nacional de Medicina, y la dra. Gina Tambini, Representante en Colombia de la Organización Panamericana de la Salud.

Para ninguno de nosotros ha sido una noche cualquiera. La pandemia del coronavirus ha tocado nuestras vidas. Vemos imágenes de muchos lugares del mundo; notamos que hay conteos permanentes de nuevos casos y presenciamos en las redes sociales todo tipo de reflexiones que alimentan nuestras preocupaciones.

Todo esto es cierto. Pero tenemos que hacer reflexiones profundas para asumir nuestro papel como sociedad frente a esta amenaza. El coronavirus es una enfermedad que se propaga a toda velocidad, pero si hacemos lo correcto, podemos parar su ritmo de expansión. Si asumimos hábitos como lavarnos las manos, no tocarnos la cara, no saludarnos de beso, abrazo o estrechando la mano, reducimos en un 50% su probabilidad de contagio.

El coronavirus es una enfermedad que ataca con fuerza a los adultos mayores y aún con más fuerza a los mayores de 70 años. Por eso tuvimos que aislar y proteger a nuestros abuelos y abuelas durante el mayor ataque del virus y, si bien esto significa incomodidades, todos tenemos que protegerlos con amor y evitarles los riesgos de contagio.

El coronavirus, en su etapa de expansión, se vale de los niños y jóvenes para crecer. Por eso, limitar su movilidad en esta etapa, sacándolos de colegios y universidades para estar en sus casas, es importante. Sabemos las dificultades y los retos que esto trae para las familias, pero es una decisión fundamental para proteger la vida. Si frenamos la propagación de este virus, estamos salvando muchas familias.

El coronavirus se aprovecha de los contactos humanos y también de los contactos sociales para avanzar. Por eso, limitar el tamaño de los eventos, al máximo posible; tomar medidas de distanciamiento y fijar protocolos para las reuniones también protege a la sociedad.

El coronavirus, si sabemos aislarnos como sociedad, pierde velocidad en el momento en el que empieza su expansión y así, así lo estamos enfrentando. Esto es lo que nos han aconsejado los expertos en salud que nos vienen acompañando. Esto justifica los esfuerzos de cierres de fronteras y las restricciones que hemos tomado frente al ingreso de vuelos procedentes del exterior.

La gran mayoría de personas que son atacadas por el coronavirus se mejoran, pero sabemos que es nuestro reto el que podamos proteger, aún con mayor vigor, a quienes ataca con más ferocidad. Por eso es tan importante nuestro sentido de solidaridad.

Al virus lo podemos afrontar con decisiones drásticas e inteligentes, desarrolladas por todos.

Estamos ante un momento único de nuestra historia mundial y nacional. Podemos enfrentar la pandemia si actuamos con valores compartidos. Es el momento de protegernos para proteger a nuestros seres queridos y a los demás.

Es el momento de entender que nuestro comportamiento salva vidas; es el momento de cooperar con más fuerza y de valorar como nunca el trabajo de los médicos, enfermeras y de todos los profesionales de la salud que dan todo por nuestra sociedad y por brindarles a todos los habitantes la mayor protección posible. Ellos se merecen nuestro mayor reconocimiento.

Es el momento de actuar con inteligencia colaborativa en función de los más propensos a los ataques fatales del virus.

Es el momento de entender que nuestra disciplina es para la protección de la sociedad, y que nuestra irresponsabilidad nos cuesta si no tomamos las medidas necesarias.

Con el equipo científico y técnico del Ministerio de Salud, el Instituto Nacional de Salud, de la Superintendencia de Salud, y de la mano con expertos llenos de patriotismo, hemos analizado las tendencias epidemiológicas que potencialmente enfrenta Colombia en las próximas semanas con relación al coronavirus. En función de sus análisis y de su criterio, hemos tomado decisiones drásticas pero urgentes para proteger la vida y la salud de los colombianos.

Gracias a su trabajo, podemos advertir que en las próximas semanas tenemos la oportunidad, colectivamente, de quitarle velocidad al coronavirus.

Por esto, en desarrollo del Estado de Emergencia, aplicaremos un Aislamiento Preventivo Obligatorio para todos los colombianos, desde el próximo martes 24 de marzo a las 23 y 59 horas, hasta el lunes 13 de abril a las 00:00 horas. Esta decisión no suspende ni de ninguna manera altera los simulacros de aislamiento preventivo que se encuentran en curso.

Esta medida busca que como sociedad nos protejamos, garantizando el abastecimiento de alimentos, el acceso a los medicamentos, la adecuada prestación de los servicios públicos esenciales, así como de aquellos indispensables para el funcionamiento de la sociedad.

Esta es una medida para la salud y para la vida. Sabemos lo mucho que nos exige a todos y por eso ha sido una decisión pausada y estructurada de la mano de expertos y son medidas también para proteger a los más vulnerables.

Esta semana dejamos claro que entregaremos un giro adicional a las Familias en Acción, un giro adicional a los Jóvenes en Acción, un giro adicional a los adultos mayores del programa Colombia Mayor, beneficiando a más de 10 millones de colombianos.

Igualmente, decidimos habilitar un programa de alivios para quienes tendrán dificultades en sus pagos hipotecarios y en otro tipo de créditos. También habilitamos créditos para el pago de nóminas y así proteger empleos. Avanzamos en la conexión del agua para un millón de personas sin costo alguno y buscando su protección. Implementaremos, además, la devolución del IVA para los más vulnerables en nuestra sociedad a partir del mes de abril.

Por supuesto, estas medidas implican que apropiemos billones de pesos para el sector de la salud, fortaleciendo sus capacidades de respuesta en todo el país.

Colombianos, este momento de la historia demanda que trabajemos en equipo.

Y agradezco, agradezco en el alma el apoyo de los gobernadores y alcaldes, de las Altas Cortes, de los organismos de control, del Congreso de la República, de todos los funcionarios públicos y de nuestros soldados y policías, y también de hombres y mujeres que contribuyen todos los días, como funcionarios, para enfrentar este reto que se nos presentan.

Colombianos, este es un país al que nadie le ha regalado nada. Somos un país hecho a pulso, con una cultura laboriosa.

El coronavirus quiere sembrarnos pánico, pero le haremos frente con el contagio más rápido de la solidaridad.

El coronavirus quiere sembrarnos el pesimismo y la angustia, pero lo enfrentaremos con el contagio de la colaboración.

El coronavirus pretende cabalgar sobre la indiferencia y la falta de conciencia de algunos, pero lo enfrentaremos con el contagio masivo de nuestra disciplina colaborativa.

Nuestro equipo de Gobierno estará explicando todas las medidas y acciones acompañadas por los expertos y la Organización Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud. Cualquier grupo que sienta que la implementación de esta medida requiere una acción adicional para cubrir sus necesidades especiales, queremos que sepa que tendremos líneas abiertas para escucharlos y para que ningún colombiano vulnerable se quede por fuera de la red de apoyo del Estado y de la sociedad, frente a esta prueba difícil que estamos asumiendo como nación.

Este virus afecta nuestras rutinas, nuestra cotidianidad, nuestros hábitos. Pero debe ser una oportunidad para hacer valer nuestra verraquera. Que cada minuto en casa sea para que nos unamos, para que valoremos la vida, para que pensemos en el prójimo, para que seamos fraternos.

No tengo duda de que una vez más navegaremos aguas turbulentas y que como país seguiremos siendo grandes como equipo.

Hago un llamado a los sectores sociales con más comodidades a que durante la tempestad adoptemos una familia en necesidad, a que como comunidad nos encontremos en los ojos de quienes son los que más lo necesitan y no son tan afortunados, y les brindemos todo nuestro apoyo desde el corazón.

Colombianos, estos retos los enfrentamos con toda nuestra energía, con toda nuestra convicción. Y lo afronto también con la fe profunda en Dios, como los invito a que cada uno lo haga. Cada oración en favor de los médicos, médicas, enfermeras y trabajadores de la seguridad social de nuestro país será una voz de protección para ellos.

Colombianos, es en los momentos más exigentes donde demostramos lo que somos.

Borges dijo alguna vez que ser colombiano es un acto de fe. NUESTRA FE, NUESTRA SOLIDARIDAD, NUESTRA COLABORACIÓN Y NUESTRA DISCIPLINA NOS HARÁ MÁS FUERTES.

Muchísimas, muchísimas gracias.