Un proyecto de salud que llevaba más de ocho años gestándose finalmente se materializa en el Eje Cafetero. Se trata del nuevo hospital de alta complejidad que comenzó su construcción hace algunos meses en Cerritos, zona estratégica ubicada a las afueras de Pereira, Risaralda. Con una inversión cercana a los 290.000 millones de pesos, este centro médico busca ofrecer una atención diferencial y de calidad para más de 100.000 personas al año en los departamentos de Risaralda, Caldas, Quindío y el norte del Valle del Cauca.
Ricardo Espina, director de Estrategia y Desarrollo de Negocios de la Fundación Santa Fe de Bogotá, explicó que este es el resultado de una colaboración entre la Fundación Santa Fe de Bogotá, la Fundación Tatamá y la Fundación Santo Domingo, que han unido esfuerzos para transformar la oferta de salud en la región. “Este es un sueño en el que un montón de gente lleva trabajando hace cerca de ocho años. Estamos absolutamente felices. No será el hospital más grande, pero sí el que ofrecerá un modelo diferente, centrado en la persona, con atención integral y de calidad”, afirmó.
El hospital contará con 137 habitaciones y prestará servicios en áreas como urgencias, hospitalización, cirugía e imágenes diagnósticas, entre otras. Además, se proyecta como hospital universitario, lo que permitirá la formación de talento humano en salud a través de convenios con universidades del Eje Cafetero y de Bogotá.
Juan Diego Céspedes, director de Hábitat y Desarrollo Urbano de la Fundación Santo Domingo, destacó que el hospital es el fruto del esfuerzo conjunto de empresarios de la región que soñaron con una atención médica de alto nivel. “Nos sumamos al proyecto porque vimos una oportunidad real de impacto. Aportamos una combinación de donación y financiación flexible de largo plazo que permitirá viabilizar esta iniciativa con un enfoque sostenible y de inversión social”, explicó.
Uno de los aspectos más relevantes del proyecto será su enfoque ambientalmente sostenible. Gracias a un diseño bioclimático, se espera reducir en un 15% el consumo de energía y en un 25% el consumo de agua, en comparación con hospitales convencionales. Además, se busca obtener la certificación EDGE en sostenibilidad ambiental.
La construcción, que actualmente avanza en su fase de cimentación y estructura, contempla que en aproximadamente un año se habilite la primera etapa, enfocada en atención ambulatoria. Para el tercer año, se prevé la entrada en operación completa con todos los servicios disponibles. En total, el hospital generará cerca de 1.200 empleos, de los cuales un 70% se espera que sean ocupados por mujeres y personal del área asistencial como médicos, enfermeros y auxiliares.
Carlos Alberto Gómez Chacón, secretario de Salud del Quindío, celebró el impacto que este hospital tendrá en la región. “Es una noticia muy importante para el Eje Cafetero. No solo fortalece la red de servicios existentes, sino que facilita los procesos de referencia y contrarreferencia, especialmente para departamentos como Quindío, que se beneficiarán con nuevas opciones de atención en salud de alta complejidad”, comentó.
Este nuevo centro hospitalario promete ser un referente nacional no solo por su infraestructura y tecnología de vanguardia, sino también por su modelo de atención integral, su apuesta educativa y su enfoque social y ambiental. Una iniciativa que, como lo señalaron sus impulsores, busca transformar la salud de una región entera.