La participación de un representante del Gobierno de Gustavo Petro en la ceremonia de posesión de Nicolás Maduro, prevista para el próximo 10 de enero en Caracas, ha generado un debate intenso. Esta posibilidad ha provocado fuertes críticas por parte de un grupo de ciudadanos que rechazan cualquier acercamiento que pueda interpretarse como un respaldo al régimen venezolano, señalado por múltiples cuestionamientos internacionales sobre la legitimidad de sus elecciones.
Un documento firmado por aproximadamente 600 personas fue divulgado este 7 de diciembre, expresando su inconformidad con la eventual presencia colombiana en dicho acto. El texto destaca que tal decisión sería incoherente con los valores democráticos que Colombia defiende y hace un llamado a rechazar cualquier acción que pueda legitimar a un gobierno que consideran opresor.
Los firmantes invitan a la ciudadanía, sin distinción de ideologías, a expresar su desacuerdo, enfatizando que la complicidad con regímenes autoritarios resulta en una pérdida de voz y poder para las naciones. Esta situación pone de relieve el delicado equilibrio que enfrenta el país en sus relaciones diplomáticas con Venezuela, especialmente considerando los fuertes lazos económicos y fronterizos.
Analistas advierten que cualquier decisión, ya sea asistir o no a la posesión, tendrá implicaciones relevantes. Mientras algunos sectores exigen una postura contundente contra Maduro, otros subrayan las dificultades que enfrentaría Colombia al romper vínculos, dadas las interdependencias históricas y estratégicas entre ambos países.