Mantener una buena salud implica adoptar una alimentación saludable, realizar ejercicio físico y cultivar otros hábitos beneficiosos. Según el Ministerio de Salud y Protección Social, una alimentación saludable es aquella que suministra los nutrientes necesarios para el correcto funcionamiento del organismo y ayuda a prevenir y reducir el riesgo de enfermedades.
Para lograr una dieta saludable, es esencial incluir frutas, verduras, cereales, legumbres, lácteos, aceites vegetales, así como carnes, aves y pescados en proporciones adecuadas. En Colombia, el consumo per cápita de carne de cerdo alcanzó los 13 kilogramos en 2022, según el Fondo Nacional de la Porcicultura, colocándola entre las más consumidas junto con el pollo y la carne de res.
La carne de cerdo, de acuerdo con la Gaceta de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), ofrece beneficios como proteínas, minerales, vitaminas del grupo B y aminoácidos esenciales. Es una fuente de proteínas de alta calidad, fácilmente digerible y rica en zinc, hierro y vitaminas B12 y tiamina. Sin embargo, se recomienda consumirla con moderación. En cuanto al pescado, es crucial distinguir entre pescados blancos y azules.
Los pescados azules, al tener más grasa, son ricos en Omega-3, considerada como grasa esencial. Por otro lado, los pescados blancos son más magros y aportan menos calorías. Según el Ministerio de Salud, el pescado contiene minerales como fósforo, potasio, calcio, sodio, magnesio y hierro, además de vitaminas del grupo B y E, aunque las proporciones varían según la variedad de pescado.
La FAO sugiere dar preferencia al pescado sobre las carnes rojas, incluida la carne de cerdo, ya que estas últimas contienen grasas saturadas y colesterol, aumentando el riesgo de enfermedades cardiovasculares. No obstante, la grasa de la carne de cerdo, según la Gaceta de la UNAM, es más beneficiosa que la de la carne de res, ya que contiene ácidos grasos monoinsaturados similares a los presentes en nueces y semillas.
El pescado, con sus grasas saludables y nutrientes como el Omega-3, contribuye a prevenir enfermedades cardiovasculares. Por ello, la FAO aconseja su consumo de dos a tres veces por semana. También recomienda limitar el consumo de carnes rojas a una vez por semana y, si es parte de la dieta diaria, sustituirla por alimentos con propiedades similares, como las legumbres.
