Tras un año de una minuciosa investigación, que culminó con 16 diligencias de allanamiento simultáneas, la Policía Nacional y la Fiscalía lograron concretar un golpe significativo a la cadena del narcotráfico regional: la desarticulación total del Grupo de Delincuencia Común Organizado, curiosamente llamado como “Targaryen”.
El operativo se realizó en Armenia y Calarcá (Quindío), y se extendió hasta Sevilla (Valle del Cauca), resultó en la captura de 19 personas, 14 de ellas con órdenes judiciales que cubrían un amplio espectro criminal: desde concierto para delinquir y tráfico de estupefacientes, hasta homicidio y porte ilegal de armas. Cinco individuos adicionales fueron capturados en flagrancia.
La estructura criminal era liderada por alias “Alfa,” “La Fresa,” o “Jorge,” generaba rentas económicas por su actividades ilegales por unos $800 millones de pesos mensuales, dedicadas a la distribución a gran escala de estupefacientes en el Eje Cafetero (Quindío, Tolima, Caldas) y con tentáculos que alcanzaban la capital, Bogotá.
La desarticulación de este grupo delincuencial no solo resultó en la neutralización de los delincuentes, cuyas edades oscilan entre los 20 y 49 años, sino también en un cuantioso decomiso valorado en aproximadamente $1.000 millones de pesos.
El inventario de la incautación incluye:
250 kg de marihuana, 15 kg de base de coca, 4 kg de cocaína y ketamina. (El proceso investigativo totalizó la incautación de 1 tonelada de estupefacientes). Una mini Uzi, un revólver, dos pistolas y un arma traumática, además de 113 cartuchos. Tres motocicletas, dos vehículos, autopartes, seis celulares y $5 millones de pesos en efectivo.

