En la vereda Pradera Baja de Calarcá, un sector rural que ha sufrido durante más de una década de humaredas malolientes durante las noches, se ha visto afectado el derecho de la comunidad campesina a disfrutar de un ambiente saludable. Estas humaredas ocurren varias veces a la semana, cuando las personas están durmiendo y se ven obligadas a respirar un aire contaminado que pone en riesgo la salud e incluso la vida de niños, ancianos y personas enfermas, así como de los animales domésticos y silvestres.
A pesar de las denuncias realizadas, la situación no ha cambiado en todos estos años. De manera sorprendente, las autoridades no han tomado medidas en este sector rural de Calarcá. A raíz de las denuncias más recientes, el martes 12 de septiembre, en horas de la tarde, dos motocicletas de la policía subieron acompañando a un automóvil, hicieron algunas preguntas a alguien que pasaba por allí, pero no visitaron ninguna casa y no convocaron a una reunión. Esto claramente no es suficiente. Ciudadanos consideran necesario que se realice una investigación exhaustiva para determinar el origen de las humaredas y la identidad de las personas responsables. No es una tarea difícil de llevar a cabo.
Ahora habitantes esperan que las autoridades mencionadas, como la CRQ, la Alcaldía de Calarcá y la Secretaría de Servicios Sociales y Salud del Municipio de Calarcá, atiendan las denuncias. La Procuraduría Ambiental del Quindío ha instado a estas autoridades a tomar acciones con respecto a la denuncia realizada por la comunidad sobre las humaredas en la vereda mencionada.
“De acuerdo con sus competencias y funciones, y basándose en los hechos expuestos en la denuncia y en los instrumentos normativos desarrollados, se les solicita que aborden de manera integral el origen y los efectos de los presuntos olores ofensivos en el sector de la vereda Pradera Baja del Municipio de Calarcá”, señala el exhorto de la Procuraduría.
Se espera que las autoridades tomen en serio esta situación y tomen medidas concretas para resolver este problema que ha afectado a la comunidad durante tanto tiempo. La salud y el bienestar de las personas y los animales deben ser una prioridad, y es responsabilidad de las autoridades garantizar un ambiente sano y libre de contaminación.