La reforma laboral impulsada por el Gobierno Nacional ha dado un paso clave tras su aprobación en la plenaria de la Cámara de Representantes. Tras intensas discusiones en siete sesiones, el proyecto superó este primer obstáculo y ahora pasará al Senado para continuar su trámite. Esta reforma ha sido presentada como una herramienta para mejorar la estabilidad de los trabajadores en Colombia, especialmente en un contexto donde la automatización y la transición energética son cada vez más relevantes.
Uno de los temas más discutidos fue la inclusión de los artículos 60 y 61, que buscan proteger a los trabajadores frente a procesos de descarbonización y automatización en sectores como el minero y el energético. Estos artículos fueron aprobados, no sin antes generar debate. Mientras que el Gobierno defiende estas medidas como un avance para garantizar los derechos de los empleados, algunos congresistas, como Hernán Cadavid, han mostrado su preocupación. Cadavid sostuvo que estas normativas podrían “llevar a la salida de sectores como el carbón”, afectando significativamente la economía local y nacional.
El artículo 61 establece que las empresas en sectores en transición energética deberán implementar planes de reconversión laboral para sus empleados, además de crear fondos para la diversificación económica, una medida que busca mitigar el impacto de la pérdida de empleos en estas industrias. La ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, justificó estas medidas argumentando que ya ha habido casos, como el cierre de la empresa Prodeco, donde trabajadores quedaron sin protección adecuada.
Además de estos artículos, se aprobaron otras disposiciones importantes para formalizar a trabajadores de transporte de carga y pasajeros, quienes ahora deberán tener contratos laborales por escrito. También se adoptaron políticas laborales sostenibles, así como licencias remuneradas en casos de matrimonio y de uniones maritales de hecho, extendiendo así beneficios a más trabajadores.
A pesar de los avances, ciertos artículos generaron mayor resistencia y controversia. Entre ellos, la formalización del trabajo en el sector agropecuario, que algunos congresistas consideran debe revisarse, ya que proponen que los jornales rurales se paguen por horas, algo que no logró suficiente respaldo en esta ronda de discusión.