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“La consulta popular 2.0 es innecesaria”: Mauricio Lizcano, exministro de las TIC y precandidato presidencial

Desde su arraigo en el Eje Cafetero, Mauricio Lizcano, exministro de las Tecnologías de la Información y precandidato presidencial, habla del país con una mirada que parte desde el Quindío. “Yo no veo al Quindío desde Bogotá, lo veo desde aquí, desde el territorio, porque soy de Manizales y conozco las dinámicas de esta región. Este es un departamento que, a diferencia de muchos otros, ha sabido mantenerse relativamente tranquilo, sin guerrillas, con una vocación turística muy marcada y que representa un modelo en ese sentido”.

Para Lizcano, sin embargo, no se trata de romantizar la realidad. Reconoce que hay desafíos serios en seguridad ciudadana, en salud y en oportunidades laborales para los jóvenes. “Aunque mucha gente de la tercera edad se ha asentado aquí, los jóvenes no encuentran suficientes oportunidades y eso obliga a muchos a migrar. Por eso, tenemos que desarrollar de forma más decidida la economía plateada —la economía ‘silver’— sin descuidar las políticas que generen empleo juvenil”.

La seguridad: recuperar la autoridad y el territorio

Lizcano advierte sobre el deterioro generalizado de la seguridad en Colombia, sobre todo en regiones donde grupos armados como el ELN, el Clan del Golfo y las disidencias de las FARC han crecido sin control. “Tenemos zonas del país que están completamente comprometidas: el Catatumbo, el Pacífico, el sur del país. Debemos recuperar el territorio, la autoridad, y trabajar por una seguridad integral. Sin seguridad, no hay progreso posible”.

Un país con déficit de confianza y sin cintura fiscal

En materia económica, Lizcano plantea una visión equilibrada: “Ni estamos tan bien como dice el gobierno, ni tan mal como afirma la oposición. Este país no necesita un gobierno de derecha o izquierda, necesita uno con sentido común. Hemos llegado a un déficit fiscal del 5.1% del PIB y eso nos ahoga. Es como en cualquier hogar: si usted gasta más de lo que gana, se endeuda, y eso nos está pasando como nación. Tenemos un Estado grande, burocrático e ineficiente que debemos reformar, no sacrificando la inversión social, sino mejorando la eficiencia”.

Agrega que para que la economía crezca realmente y genere empleo, es clave activar motores como el petróleo, la minería, la construcción y la agricultura. “Debemos recuperar sectores estratégicos para generar ingresos. Además, el turismo, como se ve en el Quindío, debe seguir siendo un foco de desarrollo nacional”.

El empleo no se crea con discursos, sino con políticas multisectoriales

Lizcano asegura que para combatir el desempleo, se requieren políticas integrales. “No es una sola fórmula. Necesitamos una economía activa, inversión en sectores estratégicos, confianza para atraer inversión privada, reducir impuestos a las empresas, especialmente a las pequeñas y medianas, y tener una educación pertinente que forme para el trabajo. Además, debemos respaldar a la economía popular: ayudar al informal, al vendedor ambulante, a que pueda hacer empresa, acceder a créditos justos y salir del ‘gota a gota’”.

Salud: más que pública o privada, funcional

Sobre la crisis de la salud, Lizcano es enfático: “Llevamos dos años peleando por una reforma y no avanzamos nada. La derecha quiere que todo sea privado, la izquierda quiere que sea pública. ¿Y los ciudadanos? Siguen sin medicinas. Necesitamos un sistema que funcione, que garantice atención oportuna, entrega real de medicamentos y que elimine la integración vertical que usan algunas EPS para beneficiarse financieramente a costa de los pacientes. También es urgente sanear las deudas del sistema y atacar la corrupción que afecta a algunos hospitales públicos”.

Educación: la apuesta debe comenzar en la primera infancia

En su propuesta educativa, Lizcano insiste en que todo cambio estructural debe iniciar desde la primera infancia. “La inversión más eficiente está ahí. Hoy un niño de familia rica a los 3 años ya conoce 5.000 palabras; uno pobre, apenas 1.000. Eso marca el futuro. Necesitamos replantear el modelo del ICBF, apoyar mejor a las madres comunitarias y garantizar calidad desde el principio”.

Asimismo, propone un currículo nacional unificado, más cobertura en secundaria —“muchos colegios sólo llegan hasta noveno y la deserción se dispara”— y una expansión ambiciosa de la educación superior, con 700.000 nuevos cupos a través de un modelo mixto entre universidades públicas, privadas y ciclos propedéuticos. “No todos deben estudiar cinco años. Hay que validar aprendizajes y permitir que muchos puedan terminar en tres”.

Consulta laboral: innecesaria y costosa

Finalmente, frente a la radicación de la consulta popular 2.0, Lizcano es crítico. “Estoy de acuerdo con que se reconozcan los derechos de los trabajadores: dominicales, festivos, horas nocturnas. Pero no a través de una consulta costosa cuando no hay medicinas ni recursos suficientes. El Congreso puede y debe resolverlo. Este no es un tema de derecha o izquierda, es de sentido común. Como presidente, no voy a dividir a los colombianos, voy a buscar acuerdos, porque la unidad es el único camino para salir del fracaso institucional en el que estamos”, concluyó.