En pocos minutos -7:00 a. m.- y tras lograr la batalla por una muerte digna, la mujer con esclerosis lateral amiotrófica morirá por decisión propia.
En los últimos días se conoció la noticia sobre lo que será en pocos minutos la primera eutanasia de una persona sin enfermedad terminal.
Desde que se realizó el anuncio, muchos sectores se pronunciaron y con especial énfasis la iglesia católica que solicitó a Martha Sepúlveda que diera un paso al costado en esta decisión.
La historia
El padecimiento de Martha solo lo pueden conocer quienes tengan ELA, una enfermedad grave e incurable.
Desde que fue diagnosticada su vida se volvió muy suplicio, por lo que el concepto de vida era inexistente en el significado pleno de la palabra.
Tras una lucha por encontrar la autorización de la eutanasia, que en Colombia fue despenalizada en 1997 y se convirtió en Ley en 2015 y a hoy suma 157 procedimientos, y que no había incluido hasta el momento a personas que no tengan una enfermedad terminal, por fin recibió el aval.
Por el derecho a una muerte digna y con el conocimiento que su patología la llevaría de manera lenta y dolorosa a ese fin, tomó por cuenta propia su deceso.
Paradójicamente, conseguir la muerte, le devolvió la vida, expuso en su artículo la BBC Mundo, y es que esa fue la sensación que dejó Martha tras dar a conocer en medio de una gran sonrisa su decisión.
Pero no todos sonríen con esta situación y es el caso de la iglesia católica. Así lo expresó monseñor Carlos Arturo Quintero Gómez, quien rechazó el hecho y extendió la invitación de la iglesia para que desista del hecho.
Invitación a la vida
“Nos duele que se tomen este tipo de decisiones, obviamente respetamos la decisión de Martha, no la podemos condenar. Pero la iglesia como defensora de la vida, le hace un llamado a Martha, a su familia y a todos los colombianos. Que esta sea la oportunidad para reflexionar sobre el sentido y le valor de la vida”, sostuvo monseñor.
Agregó que se trata de una persona que a la luz de la sentencia de la Corte Constitucional se convierte en la primera persona en vivir la primera persona de vivir la eutanasia sin estar en la fase terminal.
El obispo lamentó que algunos medios de comunicación “se hayan valido de la noticia para caer en el sensacionalismo azuzando a las personas a pensar en el suicidio asistido o lo que algunos dicen ‘muerte dulce’ para hablar de la eutanasia, creo que los medios tienen que ser más responsables”.
Recordó que desde la pastoral de vida y familia la diócesis ofrece una ayuda para quienes necesitan ser escuchados y encaminarse en encontrar sentido a la vida.