Los pactos entre las distintas bancadas se incumplieron nuevamente en la selección de las directivas de las comisiones legislativas, en esta ocasión en la Comisión Segunda del Senado. Aunque se había establecido que la presidencia correspondería al Pacto Histórico y la vicepresidencia al Partido Liberal, finalmente el Partido Conservador y el MIRA asumieron esos cargos.
Con el apoyo de siete votos de los senadores asistentes, Óscar Mauricio Giraldo (del Partido Conservador) y Manuel Virgüez (del MIRA) dirigirán la comisión durante el año final de esta legislatura. La elección se efectuó sin la presencia de los legisladores oficialistas, quienes abandonaron la sesión después de registrar su desacuerdo.
El senador Iván Cepeda, del Pacto Histórico, manifestó que no intervendrían en esa violación de los compromisos en la comisión, enfatizando que no se trataba de una presión sino de las normas básicas de la dinámica política entre adultos.
Dentro de la alianza gubernamental, la senadora Jahel Quiroga estaba designada para presidir la comisión. No obstante, desde el arranque de la reunión, los miembros del Pacto criticaron que las otras fracciones no tuvieran intención de respetar los arreglos previos.
En un boletín, el senador Nicolás Echeverry, del Partido Conservador, argumentó que, dada la delicada situación del país en temas de seguridad interna, diplomacia y protección de la independencia nacional, no resultaba prudente ni adecuado que la dirección de esta comisión quedara en manos de portavoces del gobierno actual, cuya administración ha exhibido deficiencias e ineptitud para manejar los desafíos principales que afectan a la ciudadanía.
No es la primera ocasión en que el Ejecutivo pierde influencia en las comisiones senatoriales. En la Comisión Séptima, Miguel Ángel Pinto (Partido Liberal) resultó elegido presidente, pese a que el pacto asignaba esa responsabilidad a Omar Restrepo (Comunes). En las comisiones dedicadas a asuntos económicos, terminaron al frente Jairo Castellanos (ASI) y Enrique Cabrales (Centro Democrático), dos críticos acérrimos de la propuesta de reforma fiscal que prepara el gobierno.
Sin embargo, en la Cámara de Representantes el escenario fue más propicio para el Palacio de Nariño, ya que en su mayoría se designaron legisladores del Pacto Histórico o afines al poder ejecutivo.

