Desde la Fiscalía no se refirieron al proceso.
La joven que en 2018 cuando sucedieron los hechos contaba con 15 años de edad, fue llevada casi a la muerte en medio de torturas y amenazas del entonces soldado Alcibiades Ramírez Quimbay, que entre otras cosas le tatuó con una navaja su nombre en el brazo derecho, le rapó la cabeza y una ceja, según él para que nadie más se fijara en ella. Como pudo, la mujer tomó valor y lo denunció.
El sujeto fue capturado, le impusieron medida de aseguramiento en establecimiento carcelario, -cárcel la 40 de Pereira- como presunto responsable de los delitos de tortura en concurso homogéneo y sucesivo, acceso carnal violento en concurso homogéneo y sucesivo, y soborno.
Fueron tan graves las agresiones a la menor, que tuvo que ser internada en una clínica siquiátrica.
El caso solo llegó hasta allí y este año se vencerán los términos y vuelve el temor para la víctima. Sobre el hecho vale recordar que se presentó en 2018, Ramírez Quimbay era soldado del batallón San Mateo, pero los hechos se presentaron en Montenegro.
Desde el comando de la Octava Brigada se pronunciaron sobre el tema a través de un comunicado informado que: Los hechos según la denuncia interpuesta por la afectada son de hace 4 años, donde al parecer estos habrían ocurrido fuera de las instalaciones militares, exactamente en el municipio de Montenegro. El hombre que en el año 2018 prestara servicio militar fue retirado inmediatamente de la institución y capturado por la Fiscalía General de la Nación en agosto del mismo año en el mencionado municipio. En su momento la institución tomo las acciones administrativas correspondientes y prestó todos los apoyos a las autoridades competentes en procura esclarecer las circunstancias de tiempo modo y lugar en que se habrían desarrollado los mismos.
