Ante la necesidad imperante de mejorar la seguridad vial, el Quindío se mantiene vigilante a la implementación de acuerdos estratégicos surgidos del Consejo Departamental de Seguridad Vial.
Las autoridades regionales están abordando diversas aristas, desde la fiscalización de empresas de transporte especial y la exigencia de planes de seguridad vial a universidades y operadores, hasta la formalización del transporte escolar y el endurecimiento de controles en centros de diagnóstico automotriz.
No obstante, el foco principal de preocupación y acción es el corredor Cajamarca–Calarcá. Para este tramo de alta pendiente y siniestralidad, se ha solicitado formalmente al Gobierno nacional la instalación de rampas de frenado, consideradas vitales para la emergencia de vehículos pesados, y se enfatiza el cumplimiento riguroso del límite de velocidad de 40 km/h. Este conjunto de medidas busca salvaguardar la vida de todos los usuarios de la vía, con un siguiente encuentro programado para el 12 de septiembre de 2025 para evaluar el progreso.