Un estudio reciente presentado en las ‘Sesiones científicas de estilo de vida’ de la Asociación Estadounidense del Corazón advierte sobre los riesgos cardiovasculares asociados con el ayuno intermitente, específicamente el tipo conocido como 16:8. Este método de ayuno intermitente implica un período de ayuno de 16 horas, seguido de una ventana de alimentación de ocho horas al día. Si bien esta práctica ha ganado popularidad como una forma de perder peso y mejorar la salud cardíaca, los resultados del estudio sugieren una posible relación entre este tipo de ayuno y un aumento del riesgo de muerte cardiovascular.
El estudio, que incluyó a más de 20.000 adultos estadounidenses con una edad promedio de 49 años, reveló que aquellos que seguían una alimentación restringida en el tiempo, es decir, el ayuno de 16 horas, tenían un 91% más de riesgo de morir por enfermedad cardiovascular en comparación con aquellos que mantenían una ventana de alimentación de 12 a 16 horas diarias.
Es importante destacar que estos resultados no sugieren una relación de causalidad directa entre el ayuno intermitente y la muerte cardiovascular. Sin embargo, el estudio resalta la necesidad de una mayor comprensión sobre los efectos a largo plazo de este tipo de prácticas alimentarias.
El investigador principal del estudio, Victor Wenze Zhong, destaca que aunque el período de alimentación limitado se asoció con un mayor riesgo de muerte cardiovascular, esto no significa que el ayuno intermitente directamente cause enfermedades del corazón. Sin embargo, subraya la importancia de que los pacientes, especialmente aquellos con enfermedades cardíacas previas, estén conscientes de esta asociación.
Por otro lado, expertos como el profesor Christopher D. Gardner de la Universidad Stanford señalan que si bien el ayuno intermitente puede tener beneficios a corto plazo, también puede tener efectos adversos a largo plazo, lo que resalta la necesidad de un enfoque cauteloso al adoptar este tipo de prácticas alimentarias.