La inmigración en Estados Unidos ha sido objeto de un intenso debate, pero una nueva investigación arroja luz sobre cómo este tema está afectando la salud mental de los hispanos en todo el país, independientemente de su estatus de ciudadanía. Un estudio que analizó datos de 2011 a 2018 encontró un aumento en la angustia psicológica entre los hispanos a medida que las políticas migratorias fueron objeto de críticas.
La promulgación de la Ley de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) durante la presidencia de Barack Obama alivió la angustia de muchos ciudadanos naturalizados. Sin embargo, la presidencia de Donald Trump tuvo el efecto contrario, desencadenando ansiedad y síntomas depresivos entre los hispanos no ciudadanos. Además de las políticas federales, el debate público continuo sobre la inmigración también ha contribuido al estrés.
Los hispanos nacidos en EE. UU. experimentaron una mayor angustia durante los picos en las búsquedas de Google sobre deportación e inmigración, según revela una investigación publicada en Proceedings of the National Academy of Sciences. Estos temores se sintieron incluso entre los ciudadanos, lo que subraya la prominencia de las divisiones raciales y étnicas en el país.
Los expertos enfatizan la importancia de crear un sentido de pertenencia cultural como parte de la solución, junto con cambios en las políticas migratorias. “El enfoque centrado en la deportación es psicológicamente dañino incluso para los ciudadanos estadounidenses”, señaló Amy Johnson, coautora del estudio. En el futuro, abogar por prácticas culturales de inclusión y pertenencia podría ser igualmente crucial que cambiar las políticas de deportación.