A la expectativa y con algunos reparos se encuentran hoy los representantes que adelantan en la Cámara Baja el debate de la Reforma Tributaria, aprobada ayer por el Senado.
Por parte de los congresistas quindianos hay posturas encontradas, John Édgar Pérez Rojas de Cambio Radical, expuso que “la reforma tributaria profundizará la crisis económica, ahuyentará toda inversión local y foránea”.
Piedad Correal Rubiano del partido Liberal mencionó que presentó la eliminación a los impuestos de los alimentos procesados y bebidas azucaradas por afectación a la canasta familiar y destacó que se logró la exclusión del pan, la leche, entre otros.
Por su parte, la representante Sandra Bibiana Aristizábal Saleg, también del partido Liberal, se encuentra a la espera de la propuesta sobre la amnistía general por intereses corrientes y de mora que beneficiaría a 240.000 colombianos.
Las modificaciones
Ayer, la plenaria del Senado de la República dio discusión y votación al articulado de la reforma tributaria, proyecto de origen del gobierno nacional, con el que espera recaudar al menos $20 billones para financiar educación, el campo y atender programas de alimentación, entre otros.
El presidente del Senado, Roy Leonardo Barreras del Pacto Histórico, informó que tras votarse los informes de las ponencias negativas y positivas, se procedió con el articulado, con un grupo que no tenía proposiciones de modificación, como también de cinco más que tuvieron pequeñas modificaciones.
La plenaria negó el informe de ponencia que pedía el hundimiento del proyecto, por 60 votos contra 20, mientras que el primer grupo se aprobó 64 votos contra 20.
Al final, la votación que dio vía libre al proyecto quedó con 63 votos a favor y 13 en contra.
Dentro de los cambios se estableció eliminar el impuesto a las iglesias, cárcel para los evasores de impuestos, pan industrial, la miel y el bocadillo no tendrán impuesto.
Por su parte, el Centro Democrático emitió un comunicado expresando su oposición al resultado.
El Centro Democrático como partido de oposición, ratifica ante la opinión pública, que el proyecto de Reforma Tributaria aprobado en Senado generará pobreza, desempleo y menor inversión en una coyuntura mundial de recesión, al tiempo que empobrece a la clase media, golpea a los hogares de más bajos ingresos e introduce un ataque al sector de los hidrocarburos que es el que más recursos le da a la economía nacional. Aunque desde el petrismo pretendan decir lo contrario, será el ciudadano de a pie, el que termine pagando los costos de la Reforma Tributaria, púes como es obvio se trasladará al colombiano ese aumento, en momentos en que vemos una inflación que al mes de septiembre se ubica en 11,4%. Atendiendo un clamor ciudadano, la bancada se opuso tajantemente al artículo 45 de la reforma que grava con impuestos alimentos como las arepas, las compotas para bebés, las salchichas, los chorizos, el jamón, los fríjoles enlatados, los ponqués y las gaseosas, entre otros, por considerarlo un golpe al bolsillo de los estratos más bajos de la población con la excusa de la salud, pero violando gravemente el derecho a la libertad que tiene todo ciudadano para consumir o no alimentos que estén a la orden en el mercado.