Se frenó de nuevo el proceso que buscaba reactivar las visitas conyugales a las personas privadas de la libertad. Hecho que agrava la situación de estas personas.
Esta semana precisamente en una cárcel de Cundinamarca los internos se declararon en huelga de hambre si no se reactivan las visitas, especialmente la conyugal. Uno de los aspectos que se pueden atar en este asunto, además del contacto personal con los seres queridos, son las relaciones sexuales. ¿Qué tan necesarias son?, ¿afectan sino se tienen?, qué puede pasar con el cuerpo y la mente al privarse más de un año de esta actividad.
Transmisora Quindío habló con Óscar Iglesias Alvis, psicólogo y antropólogo experto en sexualidad quien señaló la sexualidad en determinado momento es circunstancial y depende de la condición en que se encuentran las personas. De manera que si llega a existir algún estímulo hay varias alternativas.
“Cuando no existe la visita conyugal sencillamente se acude a la masturbación, se acude a la relaciones homosexuales que son relaciones funcionales más no determinantes de un estado de una condición de preferencia, de atracción y de enamoramiento”, aclaró el psicólogo.
Agregó que hay personas que simplemente se encuentran en un estado en donde el sexo no es prioridad y pasa a un segundo plano. “Incluso hay personas que cuando se encierran como pasó en cuarentena a veces la función sexual se aplaza, deja de estar manifestándose y si no hay estímulos queda quieta en un estado de reposo en los cuales la función sexual desaparece”.
Iglesias Alvis agregó que lo anterior tiene que ver mucho con los impulsos externos. “La sexualidad se dispara o se activa en la medida que haya estímulos, cuando las personas se centran en acciones que requieren mucha atención y dedicación, su libido entra en receso”.