Hernando Amaya Echeverry, de 59 años, perdió la vida tras un prolongado internamiento hospitalario de 38 días, pese a los intensos esfuerzos médicos por salvarlo. Su cuerpo, severamente afectado tras un violento choque vial, finalmente cedió la noche del jueves 11 de septiembre.
El trágico suceso ocurrió el 4 de agosto en pleno centro de Armenia, específicamente en la carrera 18 con calle 40. Hernando circulaba en su motocicleta cuando, por causas aún bajo investigación, no alcanzó a detenerse frente a una volqueta estacionada —con placas SBG-294— e impactó lateralmente contra ella. El golpe lo dejó gravemente herido sobre el pavimento.
Testigos cercanos reaccionaron de inmediato: lo auxiliaron y alertaron a los servicios de emergencia. Una ambulancia privada llegó al lugar, lo estabilizó en la medida de lo posible y lo trasladó sin demora a la clínica La Sagrada Familia. Allí, los médicos realizaron intervenciones quirúrgicas urgentes, pero su estado nunca mostró mejoría significativa, hasta que finalmente falleció.
La noticia de su deceso fue comunicada a la Policía Nacional en el Quindío, quienes activaron el protocolo correspondiente. En coordinación con el CTI, agentes del laboratorio móvil de criminalística acudieron al centro médico para realizar la inspección técnica del cuerpo. Posteriormente, el cadáver fue trasladado a la morgue de Calarcá.
La mañana del viernes 12 de septiembre, peritos del Instituto Nacional de Medicina Legal practicaron la necropsia de rigor.
Paralelamente, tras conocerse el accidente, funcionarios de la Secretaría de Tránsito de Armenia (Setta) acudieron al lugar del siniestro. Realizaron levantamiento técnico: croquis, toma de fotografías, mediciones y recolección de evidencias, cuyo material fue entregado a la Fiscalía General de la Nación. El objetivo: determinar las causas exactas del hecho y establecer responsabilidades legales.
Originario de Caicedonia, Valle del Cauca, Hernando residía desde hace tiempo en Armenia.
