Tras una nueva escalada de violencia por parte del ELN en el Catatumbo, el gobierno colombiano, liderado por el presidente Gustavo Petro, ha suspendido los diálogos de paz con la guerrilla.
La decisión, tomada después de que el ELN perpetrara una serie de ataques que dejaron civiles y militares muertos y heridos, se basa en la convicción de que el grupo insurgente no tiene una verdadera voluntad de paz.
La Delegación de Paz del Gobierno, incluyendo figuras como el Consejero para la Paz Otty Patiño y el congresista Iván Cepeda, ha señalado la gravedad de los crímenes cometidos, calificándolos de crímenes de guerra. A pesar de intentos previos de reactivar las conversaciones tras su congelación por parte del ELN en mayo de 2024, la reciente ola de violencia ha hecho insostenible la continuación del proceso.
La evidencia de un plan para asesinar a uno de los negociadores del gobierno ha sido determinante en la decisión.