Un estudio publicado en Planet Today relaciona el grupo sanguíneo no solo con el envejecimiento, sino también con rasgos de personalidad.
Según la investigación, las personas con grupo sanguíneo B tienden a ser más sensibles y a necesitar mayor apoyo emocional.
Además, las personas con sangre tipo B presentan una mayor capacidad de adaptación a los cambios propios de la edad, lo que podría traducirse en una mayor longevidad y un envejecimiento más saludable.