Científicos de la Universidad de Michigan (UM, en Estados Unidos) revelaron mediante un análisis en modelos murinos que concentraciones elevadas de triglicéridos, la forma predominante de lípidos tanto en el organismo como en la dieta, provocan directamente aneurismas aórticos abdominales.
Los hallazgos, difundidos en la revista ‘Circulation’, desafían la visión convencional de que los triglicéridos actúan meramente como indicadores de patologías vasculares, al demostrar que en verdad ejercen una función activa y dañina en la aparición, expansión y ruptura de estos aneurismas.
En particular, el grupo de expertos detectó en los roedores lipoproteínas cargadas de triglicéridos junto con proteínas que modulan su procesamiento, tales como APOC3 y ANGPTL3, como elementos clave que impulsan la formación de aneurismas aórticos abdominales.
El coautor principal Eugene Chen, docente en la Facultad de Medicina de la Universidad de Michigan, indicó que aunque se reconocía la hiperlipidemia como un elemento de riesgo para los aneurismas aórticos, este enfoque integral destaca la hipertrigliceridemia (elevados triglicéridos) como un factor crucial en su origen y progresión, además de en la disección y ruptura de tales aneurismas.
En el transcurso de la investigación, los especialistas emplearon tres variantes de modelos murinos con hipertrigliceridemia, confirmando que la intensidad del aneurisma variaba según los niveles de triglicéridos. De este modo, incrementos moderados en dicha grasa aceleraron la generación de aneurismas, en tanto que valores superiores condujeron a disecciones aórticas.
Del mismo modo, los animales con triglicéridos extremadamente altos manifestaron problemas más severos, alineados con rupturas aórticas.
Basados en estas observaciones, los científicos consideraron que regular los triglicéridos podría erigirse como una aproximación terapéutica efectiva.
Después de evaluar diversas intervenciones, obtuvieron resultados positivos con un enfoque experimental basado en oligonucleótidos antisentido. Este medicamento en desarrollo ataca la proteína ANGPTL3, producida en el hígado y que influye en la degradación de grasas corporales.
La intervención disminuyó de manera notable los triglicéridos hasta en un 50 por ciento y evitó la creación y disección de aneurismas en varios modelos murinos.
El coautor principal Yanhong Guo, profesor asistente de investigación en medicina interna en la Facultad de Medicina de la UM y afiliado al Centro Cardiovascular Frankel de UM Health, subrayó que esta opción terapéutica posee un elevado potencial para tratar aneurismas aórticos abdominales, y que su trabajo establece las bases para pruebas clínicas venideras.
En resumen, los investigadores destacaron este progreso significativo, que podría implicar una transformación en el abordaje de afecciones vasculares como el aneurisma aórtico abdominal, el cual hoy día dispone de alternativas terapéuticas restringidas, aparte de procedimientos quirúrgicos.