La arena política colombiana sigue siendo escenario de una disputa cada vez más acalorada entre dos figuras prominentes: el presidente de la República, Gustavo Petro, y el presidente del Senado, Iván Name. En el epicentro de esta contienda se encuentra la reforma pensional, una pieza legislativa crucial que aún está pendiente de aprobación en el Congreso.
Las tensiones alcanzaron su punto álgido cuando el mandatario acusó a Name de “cerrar el Senado” al suspender la sesión en la que se debatiría el proyecto. Ante esta acusación, Name no se quedó callado y lanzó dardos contra Petro, reclamando que el Congreso no está cerrado y que retomará sus labores el próximo lunes.
Además, el presidente del Senado enfatizó en la necesidad de preservar la independencia entre las ramas del poder público y respondió a las supuestas amenazas de Petro de recurrir a una constituyente para revocar a los congresistas.
Name defendió con firmeza la institución del Congreso y rechazó las insinuaciones de Petro. Estas disputas no son nuevas, y las diferencias entre Petro y Name se han hecho más evidentes con el paso del tiempo. El presidente del Senado ha cuestionado el tono y las formas de las demandas de Petro sobre sus reformas sociales, y ha mostrado su desacuerdo en diversas ocasiones.
La confrontación más reciente estalló cuando Petro señaló a los senadores de la Comisión Séptima de violar la Constitución y la Ley al archivar la reforma a la salud, acusándolos incluso de recibir financiación de las EPS. Ante estas acusaciones, Name ha salido en defensa de sus colegas y ha expresado su inconformidad, llegando incluso a cancelar sesiones del Senado.
En medio de este escenario de tensiones políticas, la reforma pensional continúa en el limbo legislativo, mientras que las disputas entre Petro y Name suman un nuevo capítulo a la historia política de Colombia.