El gobierno nacional socializó la Política Marco de Convivencia y Seguridad Ciudadana, la cual define cambios drásticos en el modelo de vigilancia de la Policía en las calles, demanda la articulación de diferentes ministerios y entidades, prioriza el desarme general de la ciudadanía y pone a la salud mental como un factor importante para la prevención. El nuevo modelo señala que no basta la observación y la reacción en los cuadrantes, sino que se requiere saltar al control efectivo de los espacios. Además, indica que el servicio de policía debe basarse en la evidencia y el análisis del comportamiento del delito.