El panorama comercial y de salud en el departamento del Quindío atraviesa una transición crítica. Lo que comenzó como un retiro estratégico del sector de consumo masivo por parte de la caja de compensación Colsubsidio, ha escalado a una preocupación de salud pública para los afiliados de la EPS más grande del país.
El cierre de la línea de supermercados Colsubsidio a nivel nacional ya es una realidad palpable en la capital quindiana. A la fecha, dos de los tres establecimientos principales, las sedes de Proviteq y de la avenida Centenario ya han cesado operaciones de manera definitiva.
Actualmente, solo permanece en servicio la tienda ubicada en la calle 9 (entre carreras 14 y 15), aunque su cierre ya ha sido anunciado y se ejecutará en los próximos días. Pese al desmonte de las góndolas, la entidad ha enfatizado que este movimiento no significa su salida de la región: los servicios de salud, recreación y las droguerías comerciales continuarán operando con normalidad para sus afiliados.
Sin embargo, el cierre de los supermercados no es la noticia que más preocupa a los ciudadanos hoy. Se ha confirmado que, a partir del 1 de enero de 2026, Colsubsidio dejará de prestar el servicio de dispensación de medicamentos para los usuarios de Nueva EPS.
Esta decisión genera un escenario de vulnerabilidad para una población masiva, considerando que Nueva EPS es la entidad prestadora de salud más robusta de Colombia, con más de 11,5 millones de afiliados y actualmente bajo intervención del Gobierno Nacional.
La ruptura de este convenio de dispensación plantea riesgos severos que van más allá de un trámite administrativo: Pacientes crónicos podrían quedar sin acceso inmediato a sus fórmulas, la falta de continuidad en la entrega de fármacos esenciales pone en peligro crítico la vida de miles de usuarios en el departamento y se espera una alta presión sobre los nuevos puntos que la EPS designe para cubrir este vacío dejado por Colsubsidio.
Mientras el sector comercial se reacomoda con el cierre de los supermercados, el sector salud entra en una cuenta regresiva para evitar una crisis humanitaria antes de que inicie el nuevo año.

