América Latina enfrenta un desafío persistente: el dengue. Con una preocupante cifra de 373.000 casos solo en enero de 2024, la región se ve afectada por la propagación de esta enfermedad transmitida por el mosquito Aedes aegypti. Brasil, gigante en tamaño y en población, lidera este sombrío panorama con más de 262.000 casos reportados en el mismo mes. Ante esta situación, Brasil ha decidido tomar medidas contundentes, incorporando una nueva vacuna contra el dengue en su programa de inmunización.
Con un enfoque preventivo, la vacunación se dirigirá a niños de 10 a 14 años en 512 municipios brasileños, con la meta ambiciosa de alcanzar a 2,5 millones de menores. Esta iniciativa busca detener la propagación del virus y proteger a las futuras generaciones. La amenaza del dengue se hizo evidente en 2023, con un alarmante registro de 4,5 millones de casos en Latinoamérica. Aunque la tasa de mortalidad se mantiene relativamente baja, en un 0,4 %, su impacto en la salud pública es significativo.
La naturaleza urbana de la enfermedad, combinada con factores ambientales como el calentamiento global y el fenómeno de El Niño, crea un caldo de cultivo propicio para su proliferación. Los esfuerzos de la comunidad internacional, liderados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), son fundamentales en esta lucha contra el dengue. El experto de la OMS en esta enfermedad, Raman Velayudhan, advierte sobre la importancia de la prevención, especialmente en eventos masivos como el Carnaval de Río. Recomienda el uso de repelentes y la cobertura adecuada para evitar picaduras de mosquitos.
La búsqueda de una vacuna efectiva contra el dengue ha sido un desafío científico durante décadas. La complejidad radica en los cuatro distintos tipos de virus que pueden causar la enfermedad. Sin embargo, el avance en la investigación ha llevado al desarrollo de una vacuna que ofrece esperanza en la lucha contra esta enfermedad endémica. Aunque la temporada de mayor riesgo para la transmisión del virus está en curso, es difícil predecir si los casos se dispararán.
La vigilancia epidemiológica y la respuesta rápida son cruciales para contener brotes y evitar una crisis sanitaria en la región. Con la colaboración internacional y el compromiso de los países afectados, es posible combatir esta amenaza y proteger la salud de millones de personas en América Latina.
