Un millón de pesos diarios cuesta una cama en la Unidad de Cuidados Intensivos, costo que suma, pero no se factura con facilidad por cuenta de la población migrante que acude al hospital San Juan Dios para que sus partos sean atendidos.
Más grave que la cifra, es la situación en la que llegan estas mujeres, ya que muchas tienen partos de alto riesgo, porque nunca tuvieron la oportunidad de acudir a los controles prenatales. Así lo informó el gerente del hospital San Juan de Dios, Rubén Darío Londoño Londoño.
“Estos casos son de alta complejidad porque estas personas por su condición de migrante no tienen acceso a los controles prenatales previos, una buena alimentación y a su tratamiento. Esto hace que lleguen más complicadas al hospital”, sostuvo el doctor.
Agregó que lo anterior conlleva a que estos embarazos sean contemplados desde el alto riesgo obstétrico y terminen en un mayor gasto para el hospital, ya que esta población no cuenta con seguro médico y es la IPS la que debe garantizar la atención y esperar que el ministerio de Salud apruebe y desembolse el pago.
Infecciones y malformaciones
Desafortunadamente la falta de controles no solo desencadenan el riesgo con el que se atiende el parto, sino los problemas con los que nacen los bebés.
De acuerdo con el gerente, “los bebés nacen con infecciones, malformaciones congénitas y las mamás con mayor sangrado”.
El alto riesgo sugiere también un costo más elevado “son muchos los costos porque estos niños terminan en una Unidad de Cuidado Intensivo cuyo valor diario oscila en el millón de pesos”.