Habitantes de la parte alta del municipio de Pijao, en Quindío, reportaron una serie de ataques a ganado que han generado preocupación en la comunidad campesina, ante lo que se presume sería la acción de un oso andino. La situación llevó a la Corporación Autónoma Regional del Quindío (CRQ) a iniciar una serie de investigaciones para esclarecer lo ocurrido y determinar con precisión qué tipo de animal está generando los daños.
Esteban Cortés, director encargado de la CRQ, explicó que tras conocer los reportes de la comunidad y reunirse con una de las personas afectadas, se tomaron acciones inmediatas para verificar los hechos. “Se han generado avistamientos del oso andino en predios cercanos a un área de conservación de la Corporación. Convocamos a un equipo especializado de la Universidad del Quindío, que junto a funcionarios de la CRQ, está analizando distintas hipótesis sobre lo ocurrido con estos ataques”, señaló Cortés.
Según explicó el funcionario, se busca tener una aproximación más cercana de cómo fue el ataque de si los ataques fueron exclusivamente causados por un oso, o si podrían involucrar también a algún felino. “Queremos identificar si el conflicto persiste y si hay necesidad de implementar acciones adicionales de manejo y prevención”, agregó.
El ganadero Rosembert García Puerta, uno de los afectados, relató que desde hace cerca de un mes y medio un oso ha atacado su finca en varias ocasiones, dejando un saldo de al menos 16 animales muertos, entre terneros y novillas. “Apareció un oso y mató como diez animales, entre ellos tres novillas que estaban adelantando. Esta última semana volvió, mató otros seis o siete. Uno de ellos lo vi en el sitio donde lo estaba devorando, incluso otro quedó vivo, pero herido”, relató.
El ganadero afirma haber visto al menos dos ejemplares: un oso negro con hocico café, y otro más grande, tipo oso de anteojos, que es el que actualmente estaría causando los mayores estragos. También compartió fotografías y videos del momento en que encontró los animales heridos o muertos, e incluso observó directamente al oso en acción. “Cuando lo vi comiéndose una de las reses, se fue corriendo porque me escuchó venir con los perros”, añadió.
Desde la CRQ se recordó que estos ecosistemas, ubicados en zonas de bosque andino y páramo, son hábitat natural de especies como el oso andino, cuya presencia es un indicio del éxito de los esfuerzos de conservación emprendidos por la Corporación. No obstante, se advirtió que es indispensable mantener una convivencia armónica entre las comunidades rurales y la fauna silvestre.
“Pedimos prudencia a la comunidad. Estamos actuando en coordinación con investigadores de la Universidad del Quindío, quienes adelantan trabajos de tesis doctoral sobre esta especie. Vigilaremos de cerca el desarrollo de este conflicto para tomar decisiones que protejan tanto a la fauna como a las actividades productivas de las comunidades”, concluyó Esteban Cortés.
La situación ya tiene antecedentes en la zona: según el testimonio del ganadero, hace un par de años se reportaron ataques similares que dejaron más de 60 reses muertas en veredas de Pijao, Génova y Calarcá. Esta vez, las autoridades esperan que la respuesta institucional evite una nueva escalada de afectaciones.
