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De acuerdo con una investigación, el incremento en los niveles de colesterol podría estar relacionado con el desarrollo del Alzheimer

El colesterol, un componente lipídico crucial, constituye aproximadamente el 20% del colesterol corporal y se localiza principalmente en el cerebro, específicamente en unas membranas denominadas neurogliocitos, las cuales brindan soporte estructural y apoyo metabólico a las neuronas. Este hallazgo, revelado por un estudio de las revistas Elsevier, plantea una relación significativa entre el colesterol y la demencia, en particular el Alzheimer.

La enfermedad de Alzheimer, un trastorno progresivo que afecta la memoria y las capacidades cognitivas, se ha asociado con diversos factores, según el portal Alzheimers, administrado por el Instituto Nacional Sobre el Envejecimiento de Estados Unidos. Estos incluyen cambios relacionados con la edad en el cerebro que pueden dañar las neuronas, diferencias genéticas que podrían ser hereditarias, así como factores de salud, ambientales y de estilo de vida, como la exposición a contaminantes y enfermedades cardíacas.

Algunos estudios sugieren una correlación entre la hipercolesterolemia y la acumulación de péptido beta-amiloide en las placas seniles, características distintivas del Alzheimer. Esto respalda la idea de que los niveles elevados de colesterol podrían aumentar la susceptibilidad a esta enfermedad neurodegenerativa.

Los primeros signos de Alzheimer suelen manifestarse como problemas de memoria, pero con el tiempo pueden evolucionar hacia dificultades en el lenguaje, problemas espaciales y de visión, así como deterioro en el razonamiento y la toma de decisiones.

Aunque la enfermedad de Alzheimer suele diagnosticarse a partir de los 65 años y está relacionada con factores genéticos y la edad, múltiples estudios señalan que mantener una salud cardiovascular óptima puede reducir el riesgo de desarrollar esta enfermedad.

Controlar la hipertensión, el colesterol, la obesidad y la diabetes, llevar una dieta saludable, hacer ejercicio físico moderado, plantear retos mentales y mantener una vida social activa son medidas preventivas que pueden ayudar a preservar la salud cerebral y reducir el riesgo de Alzheimer.