La gobernadora del Tolima, Adriana Magali Matiz, denunció el grave recrudecimiento de la violencia en su departamento a causa de las disidencias de las FARC, con la colocación de explosivos en vías públicas y amenazas a la población civil.
Comparando la situación con hechos del pasado, Matiz afirmó que la violencia ha alcanzado niveles no vistos en más de dos décadas, generando desplazamientos y un clima de terror en municipios como Chaparral y Rioblanco, y sus zonas rurales. Campesinos y comerciantes son víctimas de extorsiones e intimidaciones, abandonando sus tierras dedicadas al cultivo de café y frutas.
A pesar de los esfuerzos conjuntos con la Fuerza Pública, la gobernadora lamentó el empeoramiento de la situación en las últimas semanas, describiendo a las zonas afectadas como “pueblos fantasma” dominados por el miedo.
Matiz criticó la ineficacia de la “paz total” del gobierno nacional, solicitando al presidente Petro y al ministro del Interior, Armando Benedetti, un cambio de estrategia, argumentando que la actual política ha fracasado y requiere una articulación efectiva entre la seguridad nacional y las estrategias territoriales.
Finalmente, recalcó la necesidad de una respuesta contundente y firme por parte del Estado frente a la delincuencia.