El ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, ha generado una intensa controversia en el país debido a su postura crítica hacia la mayoría de las vacunas contra el COVID-19. Se expresó afirmando que, salvo Sinovac, todas las vacunas ingresaron al país “sin permiso”.
En la Comisión Primera del Senado, el ministro manifestó: “Estamos poniendo en riesgo la vida de los colombianos. No deberíamos ser sujetos de experimentación. Todos los vacunados, excepto los que recibieron Sinovac, como es mi caso, han sido inoculados con nuevas tecnologías y vacunas que ingresaron sin autorización”.
La Asociación Colombiana de Infectología respondió a estas afirmaciones con respaldo científico, destacando que las vacunas han sido esenciales para salvar vidas, prevenir la propagación de enfermedades y normalizar actividades diarias. Argumentaron que sin las vacunas, la cifra de fallecimientos habría sido mucho mayor, y la pandemia no se habría contenido.
La entidad subrayó la importancia de complementar las vacunas con otras estrategias de salud pública, como la vigilancia de datos y la implementación del Plan Decenal de Salud. Además, enfatizaron la necesidad de abordar factores sociales, económicos y ambientales para prevenir la propagación de enfermedades.
La Asociación de Epidemiología de Colombia también expresó su desacuerdo con las declaraciones del ministro, considerándolas contrarias a la evidencia científica y perjudiciales para la confianza pública en la vacunación. Recordaron que el desarrollo de vacunas contra el COVID-19 fue reconocido con el Premio Nobel de Medicina y destacaron la eficacia demostrada de las vacunas en grupos vulnerables.
En las redes sociales, la asociación hizo un llamado contundente, indicando que estas afirmaciones del ministro van en contra de la responsabilidad y conocimiento que se espera de su cargo. La declaración del ministro ha sido objeto de rechazo por parte de políticos, académicos y autoridades en el sector de la salud, manteniéndolo en el centro de la controversia.
