Óscar Fernando Bonilla no logró superar las secuelas de dos accidentes de tránsito que marcaron sus últimos días. Tras luchar por su vida, falleció en Armenia.
Todo comenzó la noche del lunes 10 de febrero en el sector del polideportivo de Sevilla, Valle del Cauca, donde sufrió un grave accidente. La urgencia de su estado requirió atención especializada, por lo que fue trasladado en ambulancia hacia la capital quindiana.
Sin embargo, el trayecto que debía ser su oportunidad para recibir mejores cuidados se convirtió en una tragedia aún mayor. En la madrugada del martes 11 de febrero, la ambulancia en la que viajaba sufrió un fuerte accidente en la glorieta Malibú, lo que agravó su estado y dejó heridos a los demás ocupantes: su acompañante, un médico, un auxiliar de enfermería y el conductor.
El impacto despertó la alarma de transeúntes y conductores, quienes intentaron prestar ayuda hasta la llegada de los organismos de socorro. Bomberos, personal de ambulancias privadas y agentes de la Policía Nacional en el Quindío trabajaron juntos para rescatar a los afectados y llevarlos a distintos centros médicos.
Bonilla ingresó a la clínica La Sagrada Familia, donde los especialistas hicieron todo lo posible por salvarlo. Sin embargo, su cuerpo no resistió y su fallecimiento fue confirmado el miércoles 12 de febrero.
En Sevilla, el fallecimiento del hombre caló hondo entre sus familiares, amigos y vecinos. Quienes lo conocieron recuerdan a un hombre trabajador, alegre y cercano a su comunidad. Su partida dejó una estela de tristeza en el ‘Balcón del Valle’, donde muchos esperaban verlo recuperarse.