El congelamiento de partidas presupuestales en carteras como Hacienda, Trabajo, Defensa e Igualdad ha llevado al Gobierno de Gustavo Petro a insistir en la necesidad de una nueva reforma tributaria.
Petro explicó en X (antes Twitter) que, sin la aprobación del Congreso, los aplazamientos se convertirán en recortes definitivos, afectando proyectos clave.
La reforma, que sería la tercera de su administración, buscaría recaudar menos de $12 billones, un monto inferior al de la iniciativa anterior.
Alexánder López, director de Planeación Nacional, destacó que los recursos serían destinados para educación, salud, deporte y cultura, así como para obras con retrasos de hasta dos años. No obstante, el bajo recaudo tributario, que no alcanza la meta anual, representa un desafío adicional.