El pasado viernes 15 de diciembre, dos hospitales en el Valle de Aburrá anunciaron medidas ante la crisis financiera que atraviesan.
En el Hospital San Rafael de Itagüí, se ha registrado una renuncia masiva de profesionales de la salud, aparentemente debido a la escasez de insumos para la atención de los usuarios y a los retrasos en el pago de salarios. Desde principios de diciembre, la institución ha limitado su atención a urgencias vitales, incapaz de realizar procedimientos básicos como radiografías o tomografías.
Una médica que renunció reveló la grave situación, señalando que más de 20 médicos generales, más de 25 auxiliares de enfermería, varios médicos especialistas y jefes renunciaron debido a la falta de pago, que en algunos casos ha alcanzado los 15 meses. Además, se han acumulado deudas en primas y liquidaciones desde hace más de un año.
El personal también ha denunciado intimidaciones y maltratos por parte de familiares de los pacientes afectados por la situación. La situación llegó al extremo de que arrojaron objetos, como un computador, un teléfono y una botella de vidrio, impactando en el rostro de un miembro del personal.
A pesar de que hay evidencia de ingresos al hospital para el pago de nóminas, el personal no ha recibido sus salarios.
En la mañana del mismo viernes 15 de diciembre, el personal del Hospital General de Medellín se unió a las protestas por la falta de pagos, destacando la falta de insumos y medicamentos para la atención de los pacientes. Uno de los voceros indicó que más de 580 trabajadores, incluyendo personal de cooperativa y especialistas, no han recibido sus pagos.
