Dani Alves, el jugador brasileño de fútbol, fue liberado este lunes por la tarde después de abonar una fianza de US$1,1 millones, que le fue impuesta por el tribunal que lo sentenció en febrero a cuatro años y seis meses de prisión por agresión sexual a una mujer a finales de 2022.
Salió del centro penitenciario Brians 2, donde estuvo recluido desde enero de 2023, alrededor de las 4:25 p.m., hora local, mientras los medios de comunicación esperaban con gran expectación.
Acompañado por su abogada, Inés Guardiola, y escoltado por agentes de los Mossos d’Esquadra, la policía autonómica de Cataluña, el jugador abandonó la cárcel sin dirigirse a los periodistas que se encontraban en el lugar.
Tras quedar en libertad provisional, la sección 21 de la Audiencia Provincial de Barcelona estableció medidas cautelares que incluyen la prohibición de salir del país, medida que fue respaldada entregando sus pasaportes español y brasileño. Además, deberá presentarse semanalmente ante el tribunal y abstenerse de comunicarse con la víctima o acercarse a menos de un kilómetro de distancia.
Los magistrados advirtieron que el incumplimiento de estas medidas podría revertir su liberación. La decisión de conceder la libertad provisional a Alves mientras se resuelven los recursos presentados por ambas partes contra la sentencia inicial fue tomada mayoritariamente, aunque no de forma unánime, por los magistrados que lo juzgaron del 5 al 7 de febrero.
Uno de los magistrados disintió debido al riesgo de fuga, argumentando que la posibilidad de una condena mayor en apelación aumenta la probabilidad de escape, especialmente considerando que Brasil no extradita a sus nacionales, excepto a los naturalizados.
Tanto la Fiscalía como la acusación particular han anunciado su intención de apelar esta decisión, aunque esto no tendrá un efecto suspensivo sobre la libertad del acusado hasta que se dicte una sentencia firme.
