Una década tuvo que transcurrir para presenciar el regreso más emocionante y conmovedor del año: el segundo concierto de The Cure en Colombia.
El 10 de diciembre quedará grabado como el día en que Robert Smith y su banda cautivaron a un abarrotado Movistar Arena, ansioso de canciones de amor, melancolía y las emblemáticas arañas de pesadilla. Lejos quedó el sueño de ver a The Cure en un festival al aire libre, pero finalmente, después de compartir el escenario con los enérgicos Encarta 98 y los etéreos Slowdive, su regreso fue cercano, potente e innegablemente memorable.
Robert Smith, junto con sus compañeros musicales, llevó a cabo un viaje que hizo gritar, bailar y llorar a los fervientes fanáticos colombianos. Fue una amalgama de emociones cargada de contrastes, con riffs de guitarras y melodías trascendentales, oscuras y brillantes, todo en un solo conjunto.
La antesala al concierto de The Cure fue liderada por la también británica Slowdive, destacada representante del género shoegaze. A pesar de las molestias en la garganta de su vocalista, Rachel Goswell, el grupo ofreció un recital que comenzó con ‘Shanty’ de su álbum más reciente, ‘Everything is Alive’, y culminó con ‘When the Sun Hits’ de su álbum de 1993, ‘Souvlaki’.
Fue la última presentación del grupo en el año y su primera vez en Colombia. Después del viaje psicodélico de Slowdive, The Cure entró en escena para una experiencia musical que abarcó desde el post punk y el rock hasta los trazos góticos y un pop pegajoso y guitarrero.
Robert Smith, junto a Simon Gallup, Jason Cooper, Reeves Gabriels, Perry Bamonte y Mike Lord (sustituyendo a Roger O’Donnell), ofrecieron un concierto que apeló a la nostalgia y reveló nuevas capas de melancolía en la voz y composiciones de Smith.
El concierto comenzó con ‘Alone’, una de las canciones que formará parte del próximo álbum ‘Songs of the Lost World’. Este tema melancólico pero potente fue seguido por ‘Pictures of You’, desatando una ola de emociones entre la multitud. The Cure continuó tocando una serie de éxitos como ‘Lovesong’, ‘A Night Like This’, ‘Burn’, ‘Fascination Street’, ‘Just Like Heaven’ y muchos más.
El grupo cumplió con su cometido de cautivar a la audiencia, llevándola a un estado hipnótico, catártico y liberador. La noche culminó con ‘Boys Don’t Cry’, generando gritos de alegría y aplausos que inundaron el Movistar Arena.
Aunque se despidieron, Robert Smith tomó un momento para absorber la avalancha de agradecimientos antes de desaparecer, dejando atrás una experiencia inolvidable y uno de los mejores conciertos del año.