Durante 32 años, el Instituto de Bellas Artes de la Universidad del Quindío ha sido un agente transformador en el panorama cultural del departamento.
Lo que comenzó en 1993 como una respuesta a la limitada oferta de formación artística, especialmente en música, es hoy un centro consolidado con más de 420 estudiantes por semestre, más del doble que en 2016.
Bajo la dirección de Sebastián Martínez, el instituto no solo celebra su historia con eventos especiales, sino que también impulsa la modernización de planes de estudio y la creación de nuevos programas como el de Música Instrumental.
Hitos como la Orquesta Filarmónica, diversos festivales y programas de pregrado evidencian su compromiso con la excelencia y la expansión de la sensibilidad artística en la región.