En los últimos años, el ayuno intermitente ha ganado popularidad como uno de los enfoques dietéticos más investigados. Este método implica romper la rutina de ingesta de alimentos en las primeras horas del día.
En esencia, el ayuno intermitente implica períodos diarios o semanales en los cuales la persona se abstiene de consumir alimentos por la mañana y alterna entre periodos de ayuno y alimentación. Expertos sugieren que este enfoque podría tener impactos positivos en la reducción de la masa corporal y la inflamación celular, ofreciendo beneficios a largo plazo en la prevención de enfermedades cardíacas, musculares e incluso neurológicas.
Algunas investigaciones indican que el ayuno intermitente puede ser más beneficioso que otras dietas para reducir la inflamación y mejorar condiciones asociadas, como Alzheimer, artritis, asma, esclerosis múltiple y accidentes cerebrovasculares, según señala una entidad de salud. Sin embargo, aunque algunos especialistas ven con buenos ojos esta práctica en ciertos casos, advierten que no es recomendable para todos. Para algunas personas, como embarazadas o diabéticos, podría ser perjudicial.
Mark Mattson, investigador principal del Centro Nacional sobre el Envejecimiento del Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos, destaca que el ayuno contribuye a la pérdida de peso al reducir el aporte calórico y disminuir los niveles de insulina en sangre, lo que afecta la síntesis de grasa corporal.
Un estudio titulado ‘Los efectos de la alimentación con restricción de tiempo versus la dieta habitual sobre las citocinas y adipocinas inflamatorias en la población adulta general’ sugiere que este método facilita la pérdida de peso y tiene un impacto positivo en la inflamación crónica, reduciendo los niveles de TNF-α y leptina. Estos hallazgos están vinculados, en parte, con la pérdida de peso asociada al ayuno, así como con mejoras en la salud metabólica, el sistema inmunológico y la microbiota intestinal.
A pesar de estas alternativas beneficiosas, se recomienda siempre consultar con un nutricionista o médico para implementar adecuadamente el ayuno intermitente en la dieta. Dado que cada organismo es único, no hay garantía de que sea saludable de manera general y podría tener efectos adversos si no se aborda de manera adecuada.
