Ayer 24 de diciembre, en un evento realizado en Zipaquirá, Cundinamarca, fue confirmado el nuevo salario mínimo para 2025, que se fijó en 1’423.500 pesos, sin incluir el auxilio de transporte, lo que equivale a un aumento del 9,54%. El subsidio de transporte quedó establecido en 200.000 pesos, elevando el monto total mensual a 1’623.500 pesos.
El anuncio se produjo tras la imposibilidad de alcanzar un acuerdo en la mesa tripartita. Mientras los sindicatos proponían un incremento del 12%, los empresarios se inclinaban por un ajuste del 6,83%. Anif y Fedesarrollo respaldaron la posición empresarial, al advertir que un aumento superior podría presionar al alza la inflación y comprometer el empleo.
Según el presidente Gustavo Petro, se espera que la inflación general cierre en un 5% en 2024, mientras que la de alimentos podría ser del 2,7%. Además, el mandatario subrayó que el salario mínimo real ha tenido un crecimiento acumulado cercano al 35% en los últimos tres años.
Aunque el aumento del salario mínimo es celebrado por algunos sectores como un avance en justicia social, para otros plantea interrogantes sobre su impacto en el empleo formal y las dinámicas económicas, especialmente para las pequeñas y medianas empresas que enfrentan costos operativos más altos.
