El informe Perspectivas de la economía mundial, divulgado por el Fondo Monetario Internacional (FMI), revela un aumento en las expectativas de crecimiento económico global para este año. El impulso proviene principalmente de la fortaleza de Estados Unidos y de ciertos mercados emergentes. Sin embargo, el FMI advierte sobre la necesidad de mantener la prudencia debido a la persistencia de la inflación y los riesgos geopolíticos.
Según el informe, se espera que la actividad económica mundial crezca un 3,2% este año, un incremento de 0,1 puntos porcentuales en comparación con la estimación anterior de enero. La previsión para el año 2025 se mantiene estable en un 3,2%.
En el ámbito regional, las perspectivas económicas han experimentado ajustes. Por ejemplo, el pronóstico de crecimiento para la economía colombiana se ha revisado a la baja, pasando del 1,3% esperado en febrero al 1,1% actual. Argentina, por su parte, enfrentará una caída del 2,8% seguida de un repunte del 5%. En cuanto a otros países, se prevé que Perú crezca un 2,5% y un 2,7%, Brasil un 2,2% y un 2,1%, y Uruguay un 3,7% y un 2,9%.
A pesar de los signos de mejora, el FMI destaca preocupaciones importantes. Advierte que los altos costos de endeudamiento y la retirada de estímulos fiscales están lastrando el crecimiento a corto plazo. Además, las perspectivas a medio plazo se mantienen frágiles debido a la baja productividad y las tensiones comerciales globales.
En una nota adjunta a las perspectivas, Pierre-Olivier Gourinchas, economista jefe del FMI, hace hincapié en la necesidad de enfrentar numerosos desafíos y tomar medidas decisivas. Señala la persistencia de la inflación y el creciente problema de la desigualdad a nivel mundial.
El panorama que se vislumbra es el de una economía mundial que ha evitado los peores peligros de la estanflación posterior a la pandemia, pero que enfrenta un potencial de crecimiento limitado en los próximos años. Aunque se observa un avance en la lucha contra la inflación, el FMI considera que es demasiado pronto para relajar la política monetaria. Además, se destacan los riesgos para el crecimiento, especialmente debido a los conflictos en Ucrania y Oriente Medio.
El FMI también alerta sobre los preocupantes resultados económicos de los países de bajos ingresos en comparación con el resto del mundo. Como resultado, se ha reducido la estimación de crecimiento para este grupo, debido a la inflación más alta de lo esperado y al impacto de los elevados costos de alimentos, combustibles y fertilizantes, exacerbados por la fortaleza del dólar estadounidense.