El 30 de mayo de 1973, dos “revolucionarios” armados llevaron a cabo el secuestro de un avión colombiano. Su objetivo era exigir la liberación de 50 presos políticos en Colombia y un cuantioso rescate en efectivo. Recientemente, esta historia fue detallada en el libro “Los condenados del aire” de Massimo Di Ricco, y ahora llega a Netflix como una miniserie de 6 capítulos.
La serie cuenta con un elenco nacional de renombre, incluyendo a Mónica Lopera, Christian Tappan, Enrique Carriazo, Marcela Benjumea, Ángela Cano, Carlos Manuel Vesgas y el argentino Valentín Villafañe, quien interpreta a uno de los secuestradores, que en la historia real, no eran colombianos. Para Cristian Tappan, esta historia es una de esas que resultan difíciles de creer.
La serie narra el secuestro aéreo más largo de Latinoamérica, y Tappan destaca la importancia de narrar estas historias y convertirlas en producciones internacionales.
La mayoría de los actores no estaban familiarizados con este suceso que duró cerca de 55 horas, pero el libro y un podcast de Radio Ambulante llamado “Los aeropiratas”, producido por el autor del libro, les proporcionaron información invaluable.
Los directores de la serie, Camilo Prince y Pablo González, utilizaron el libro como fuente principal para contar la historia, que había caído en el olvido. Además, descubrieron que este tipo de secuestros eran comunes en esa época, especialmente en Colombia.
Enrique Carriazo, otro de los protagonistas, destaca el trabajo de los directores y escritores de la serie, quienes profundizaron en la historia y comprendieron la complejidad de los personajes.
Marcela Benjumea, impresionada por la realidad de los acontecimientos, interpreta a la secretaria de la aerolínea en la serie y destaca la importancia de recordar estos eventos para comprender el pasado. El tema femenino es un aspecto importante en la serie, especialmente a través de las azafatas que se apropian de la situación.
Mónica Lopera y Ángela Cano interpretan a dos de estas mujeres, y ambas quedaron impresionadas por la valentía de sus personajes.
La producción se esmeró en recrear fielmente los escenarios y vestuarios de la década del 70, pero también incorporó tecnología para recrear el secuestro en el aire.
La serie busca traspasar fronteras y generar una reflexión sobre la fragilidad de la vida y la importancia de cada momento vivido.
