El jefe del Ejecutivo colombiano, Gustavo Petro, resaltó ante el Congreso los logros económicos obtenidos durante sus primeros tres años en el poder, aunque admitió que no ha logrado implementar la política de “paz total” con las organizaciones armadas, tal como lo prometió en su campaña.
En su intervención inaugural del nuevo periodo de sesiones, que se extendió por más de dos horas entre aplausos de sus seguidores y reclamos de la oposición, Petro afirmó que su enfoque económico ha acercado al país a un Estado más justo. Sin embargo, reconoció que “a pesar de los esfuerzos, no se ha alcanzado la paz total” y reiteró su compromiso de mantener las negociaciones con el ELN, las disidencias de las FARC y las principales bandas criminales.
El mandatario subrayó que, pese a las dificultades históricas, continúa apostando por la paz y pidió un análisis colectivo de las cifras de seguridad para identificar aciertos y errores. Señaló que, según los indicadores más recientes, han disminuido delitos como hurtos, robos a residencias, homicidios en riñas, lesiones personales y violencia intrafamiliar, y celebró que 662 municipios del país han registrado cero homicidios durante este periodo.
En respuesta a estas afirmaciones, la senadora Valencia cuestionó que los colombianos ya están cansados de discursos y exigió resultados concretos para poder vivir, trabajar, estudiar y regresar a sus hogares sin temor.
Para avanzar en su plan de paz total, el Gobierno radicó un proyecto de ley que busca crear un mecanismo regulatorio para desarticular de manera negociada las organizaciones armadas sin estatus político, ofreciendo beneficios condicionados a la entrega de bienes, la verdad, la reparación a las víctimas y el cese definitivo de actividades ilícitas. El texto también propone un trato especial para judicializados en protestas sociales y establece normas diferenciadas para los grupos con motivación política que no hayan participado en procesos anteriores, como Justicia y Paz o la JEP.
Momentos antes del discurso presidencial, el saliente presidente del Senado, Efraín Cepeda, defendió la separación de poderes y denunció que en el último año se ha intentado criminalizar la discrepancia y la independencia. Advirtió que confundir paz con impunidad representaría “una amenaza directa al Estado de Derecho” y respaldó la postura crítica de la Corte Suprema frente a la iniciativa legislativa que presentó hoy el ministro Montealegre.