“Todo lo que hemos esperado, la incertidumbre, riesgos, derrumbes, cierres, trancones y accidentalidad, todo eso pasará a la historia”, así comienza el relato Juan Esteban Gil Chavarría, director del Instituto Nacional de Vías, Invías, quien entregará mañana, en conjunto con el presidente de la República, Iván Duque Márquez, las obras del Cruce de la Cordillera Central.
Dobles calzadas
El director destacó que con esta noticia, se disminuirán las horas de viaje. En donde de Calarcá a Cajamarca serán de 30 a 35 minutos y de Cajamarca a Calarcá, 50 minutos.
Aclaró que se trata de una obra de altas complejidades técnicas y que garantizarán la doble calzada en su continuidad. Dos carriles en el mismo sentido de Calarcá a Cajamarca y otros dos en el sentido contrario, de Cajamarca a Calarcá.
Gil Chavarría mencionó que esta semana continuarán las obras que no se pudieron terminar en la vía existente, en cuestión de pavimento. Terminación de actividades de sitios críticos y de taludes.
“Hasta más o menos el primer trimestre del año entrante se estará haciendo estabilización de taludes en diferentes puntos críticos, entre ellos el Sinabrio”, acotó el director.
Las cifras
Desde la inauguración en la primera etapa entregada el año anterior, han transitado más de 1.500.000 vehículos por la zona. La accidentalidad pasó de 198 al año a 3 accidentes, por cuenta de la imprudencia.
Se espera que en esta época, el promedio de 6.000 vehículos que transitan por el corredor se duplique.
Son 25 túneles y 31 viaductos en 30 kilómetros.
$2.9 billones de inversión, han participado más de 7.000 personas.
2.600.000 especies de árboles sembradas y 1.200 hectáreas reforestadas y 400 hectáreas en mantenimiento.
Inclinación del Yarumo
El viaducto Yarumo Blanco presenta una particular inclinación, lo que podría suponer la generación de accidentes de tránsito.
Sobre ese tema, el director del Invías, señaló que una situación similar relacionada con el tema de siniestralidad se presentó en Versalles una vez entregada la obra, pero se manejó con señalización y campañas de familiarización.
Gil Chavarría mencionó que espera realizar el mismo proceso con el viaducto, en el que además existe un sistema para evitar que las personas caigan al vacío al generarse un impacto con las barandas.
“El Yarumo Blanco es sin duda alguna la segunda obra más compleja del corredor, tendrá unos elementos adicionales de iluminación, cámaras, señalización, disminución de velocidad y barreras”, acotó el ingeniero.
Explicó sobre las barreras, que por primera vez se utilizan en Colombia en una obra de infraestructura. Fueron traídas de Europa y hacen parte de un proceso de innovación del instituto.
“Si existe algún tipo de colisión la barrera garantice la protección de la vida de las personas”, expresó el director. Acotó que la barrera tiene un efecto de rebote.
Durante los primero días habrá monitoreo y seguimiento para tomar medidas frente a lo que se requiera en la vía y hacer ajustes necesarios en “la vía más compleja del país, pero que cuenta con la más alta ingeniería”.
La historia
De la obra se viene hablando desde el año 1920 cuando se soñaba con cruzar la cordillera. Se inició la apertura de túneles por Salento, Ibagué, pero se abandonó por la complejidad que representaba.
Pero se tenía el reto de atravesar la Cordillera Central y en 1980 se volvió a hablar del tema, pero se concluyó que era imposible ejecutar el proyecto.
En 1999 se realizaron los primeros estudios, la licencia ambiental y la licitación que se declaró, pero se desierta hasta el 2002.
En el año 2004 se hizo el gran estudio, que fue el piloto. Para ver si era viable y se inició la construcción del túnel exploratorio.
En enero de 2005 se inició la construcción y terminó en agosto de 2008.
En 2009 se adjudicó Cajamarca – Calarcá e inició la construcción en 2010
En 2016 la obra quedó abandonada, con problemas de calidad, estabilidad y abandono total, casi un elefante blanco con un riesgo de no finalizarse.
En el 2018 se retomaron las actividades se consiguieron los 620.000 millones y en 2021 terminó.
Los retos
Uno de los grandes retos de la obra fue el ambiental, en donde de acuerdo con el director de Invías, se tuvieron muchas complejidades.
Explicó que cuando se inició el estudio del túnel exploratorio, el país no tenía mucha experiencia en la construcción de los mismos, por lo que no existían normas técnicas para dichas labores.
“Cuando se inició la construcción se empezó a filtrar agua en el túnel. No existían términos de referencia para excavaciones subterráneas. Hoy el país ya cuenta con normas técnicas, aprendidas en la obra del túnel de La Línea”, destacó el director.
Concluyó que “hoy no hay problemas ambientales en la obra. El agua que sale a la quebrada La Gata es pura y natural. Problemas superados y somos un proyecto ejemplo en sostenibilidad, que va a empezar a aportarle a la huella ecológica del país”.
En el tema social, otro reto que aún se viene adelantando, expresó que los vendedores y actores sociales a lo largo del corredor se convencieron en esta última etapa de que es una realidad y se vincularon al proceso de reubicación en sitios concentrados para el comercio.
Es así como las ventas ambientales quedarán concentradas en un solo lugar, uno de ellos será Bermellón.
“Hay actores que están en proceso de negociación porque no han puesto voluntad porque tienen expectativas mayores a las que el Estado puede reconocer”, apuntó el director.
Precisó que el sitio dispuesto no estará terminado este lunes, pero sí quedará listo antes de finalizar el año.